Hay momentos en los que no se entiende por qué individuos talentosos y trabajadores quieren entregar todo su potencial a la jerarquía y a la política de una empresa para obtener prestigio. ¿Por qué dejan que sus empresas los llenen de estrés, arruinen su día, restrinjan sus opciones de carrera y definan su valor?


Que esto no se preste a malinterpretación; hay muchas personas excelentes que reconocen su valor y eligen conscientemente defender la mentalidad del empleado. Están de acuerdo con eso.


Pero si una persona está harta del mundo corporativo, siente que está limitando sus opciones en la vida y se pregunta cuándo es el momento adecuado para aprovechar sus habilidades y hacer una transición, probablemente sea ahora.


Aquí hay siete señales de que ya no tienes una mentalidad de empleado.


Estás enamorado de la idea de trabajar donde y cuando quieras


Los horarios de trabajo flexibles y la independencia de la ubicación comenzaron a convertirse en la norma después de la pandemia en 2020. Le demostraste a tu empleador que la ubicación no afecta la productividad y que una jornada laboral estricta de 9 de la mañana a 5 de la tarde podría quemarte.


Aunque muchas empresas permiten días de trabajo desde casa y un horario laboral flexible, aún debes informar sobre tu ubicación y el total de horas que trabajaste.


Sin embargo, con una mentalidad emprendedora, la flexibilidad completa de ubicación y tiempo es tu sueño; tú sabes que la única manera de lograrlo es ser dueño de tu libertad creando tu propio flujo de ingresos en lugar de esperar un salario.


Cuando estás en reuniones, sueñas despierto en lugar de participar


El empleado promedio pasa al menos tres horas semanales en reuniones, y el 30% informa que pasa más de cinco horas a la semana.


En lugar de participar activamente en esa reunión, estás pensando en cómo evitar la siguiente para poder trabajar en algo. Sabes que podrías estar usando tu tiempo de manera más efectiva que asistiendo a juntas en la empresa, pero no hay nada que puedas hacer al respecto.


Alguien con mayor rango que tú solicitó tu presencia; tienes que estar allí. Así que ahí estás, visualizando cómo puedes escapar de ese mal uso de tus horas, perdiendo el tiempo, aunque este sea oro.


Desprecias absolutamente los títulos y la jerarquía


Cuando tienes mentalidad de empleado, te quedas atrapado en los títulos. Te engañas a ti mismo con orgullo, presumiendo en LinkedIn, chismorreando sobre las habilidades de los demás y difundiendo celosamente tus mejores deseos a los colegas que reclamaron los altos títulos primero.


Cuando eres dueño de un negocio, te ríes de los títulos de trabajo. Quieres que la gente trabaje contigo, no para ti. También sabes que un título no puede determinar tu valor. Cualquiera puede ir a LinkedIn y afirmar que es el CEO o un miembro ejecutivo de una empresa de cinco personas.


Los títulos elegantes en los grandes corporativos casi siempre equivalen a menos libertad, menos tiempo para trabajar en tus relaciones con los demás y menos tiempo para pasar con tus hijos antes de que se conviertan en adultos.


Mientras más alto sea un título en la estructura corporativa significa menos tiempo para invertir en tu planificación de autocuidado, bienestar y habilidades personales y menos tiempo para disfrutar de la vida.


Estás probando múltiples actividades adicionales después o antes del trabajo


Con una mentalidad de empleado, miras el reloj a las seis menos cuarto y sabes que es hora de apagar tu computadora portátil y seguir con tu día.


Si bien mantener un equilibrio entre la vida laboral y personal es crucial, como propietario de un negocio, estás probando continuamente conceptos y actividades laterales para construir múltiples flujos de ingreso siempre que se pueda. No dependes de un cliente, idea o salario, pero estás dispuesto a probar, asumir riesgos, fracasar y comenzar de nuevo.


No tienes miedo de acercarte a alguien que no conoces para construir relaciones


Como empleado, te aterrorizan los acercamientos no solicitados (cold pitches en el original). No te gusta ser rechazado o ignorado porque eso es lo que suele suceder. No intentas llegar a los demás a menos que estés vendiendo algo; en ese caso, ves al acercamiento como una transacción, no como una relación.


Sin embargo, como emprendedor, sabes que expandir tus sistemas conectando, asesorando o simplemente interactuando con otros es uno de los pasos más vitales para construir una marca personal o profesional.


No subestimas el poder de la comunidad y la creación de redes; tu objetivo es crear conexiones diarias con una o dos personas nuevas en tu industria. En un año, estás asombrado por tu alcance y las formas en que tu red demostró ser de utilidad.


Tú sabes que construir ingresos pasivos y ganar dinero en línea es 100% posible


Cuando tienes una mentalidad de empleado, no te preocupa invertir o construir un ingreso pasivo en línea. Incluso si te importa, te parece demasiado bueno para ser cierto, y no te molestas en esforzarte en crear una cartera diversificada.


Por el contrario, cuando tienes tendencias de emprendedor, te entusiasmas con la idea del ingreso pasivo y pones tu mundo patas arriba para generar ingresos en línea.


La economía del creador no es un escenario demasiado bueno para ser cierto ni un esquema para ganar dinero rápidamente. Es una realidad que existe sin barreras de entrada, y como propietario de un negocio, te gusta el desafío que representa. Tú sabes que pasar una determinada cantidad de tiempo creando un pequeño flujo de ingresos pasivos puede producir resultados a la décima potencia en el futuro cercano.


Sabes que debes encontrar lo que te gusta crear y trabajar diariamente en ello.


Estás ampliando constantemente tu conocimiento y habilidades para tener más valor


Como empleado estás intercambiando tus habilidades y experiencia con horas de trabajo pagadas. Sin embargo, como emprendedor ofreces tu conjunto de habilidades, ideas o negocios como un servicio que resuelve problemas y genera valor.


No cobras por palabra, hora o mes. Tú cobras de acuerdo con las ventajas y la utilidad de tus soluciones. Tú respondes preguntas y entregas resultados. Y debido a que tu experiencia está directamente relacionada con el valor y los resultados que ofreces, estás trabajando diariamente para mejorarla y enriquecerla.


Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur