Como mujeres, parece que todavía tenemos problemas para comunicarnos en el campo laboral en la misma forma que cualquier hombre podría hacerlo. El temor a ser juzgadas, a ser consideradas demasiado asertivas o agresivas, aspectos que, como parte de la mentalidad femenina, tienden a ser vistos como actitudes negativas. Nuestra feminidad en última instancia gobierna la necesidad de ser colaboradoras y ser parte del juego en equipo, la autoridad no necesariamente nos viene dada de forma natural.


Por eso, muchas veces, preferimos vestir la capa de invisibilidad que nos otorga la “habilidad” de pasar desapercibidas un ambiente gobernado, en su mayoría, por hombres y donde la asertividad en las mujeres no es bien vista.


A continuación, me gustaría compartir contigo los 5 consejos principales para que logres quitarte la capa de invisibilidad en tu lugar de trabajo y la conviertas en tu nuevo Súper Poder que te permita mostrar tu asertividad en la manera correcta, como esa voz interna, que te permitirá exudar confianza y hacer que otros a tu alrededor se sientan tranquilos.


El lenguaje corporal


Cubro la importancia del lenguaje corporal en mi libro Conoce tu valor, Obtén lo que vales. Es cierto que, sin darnos cuenta, a menudo nos hacemos más pequeños, encorvando los hombros o doblando los brazos. Piénsalo, ¿cómo se ve este tipo de lenguaje corporal en toda la sala de juntas? Trata de usar sus manos cuando hables, siéntate derecho y hazte parecer más grande de lo que realmente eres. Ponte de pie si es necesario, ponte un par de tacones, PERO usa tu cuerpo para parecer asertiva.


Tono de voz


El tono de su voz puede hacer una diferencia. En política, las mujeres usan entrenadores de voz para parecer asertivas y confiadas. Los hombres naturalmente tienen tonos más profundos. Es un punto realmente importante en el que debemos trabajar porque, seamos sinceros, nadie quiere sonar como una comiquita. Para conseguir la mejor entonación de voz, primero, debes encontrar tu centro de gravedad, deja caer sus hombros, levanta la cabeza e inclínate sobre tus pies hasta que llegues a un descanso natural, con los brazos colgando sueltos a los lados. Cuando tu cuerpo esté relajado y tus pies estén firmemente plantados en el suelo, podrás proyectar mejor tu voz.


Compórtate de manera real


¿Alguna vez te has encontrado actuando de cierta manera para encajar en una reunión dominada por hombres? Parece que nos convertimos en estatuas y bloqueamos nuestro lenguaje corporal para no revelar nada. Estamos tan decididas a no mostrar una grieta en nuestra armadura. Para algunas, se puede presentar como una caricatura, llegando incluso a parecer que no están presentes. Muestra tu verdadero yo, a la gente no le gusta encontrarse con gente a la que no puedan leer. No necesitas imitar a un hombre, encuentra tu yo auténtico. Una mujer orgullosa y segura.


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Contacto visual


Si tienes hijos, basta con sólo mirarlos cuando se han comportado mal y ellos podrán distinguir, a través de tus ojos tu molestia. Bueno, es lo mismo en el lugar de trabajo. Uno de los aspectos más poderosos de la comunicación no verbal es el contacto visual. ¡Todos sabemos lo difícil que es tener una conversación con alguien que evita tus ojos! Las personas que mantienen contacto visual son generalmente percibidas como confiables, honestas y confiadas. La falta de contacto visual muestra todo lo contrario.


Usa tu capa


A veces jugará a tu favor saber cuándo callarte y permanecer invisible. Está bien, no estoy tratando de confundirte con esto, pero saber cuándo usar tu capa de invisibilidad también puede ser una habilidad. Por ejemplo: Estás sentada en una reunión y tus colegas hablan uno sobre el otro, desesperados por ser escuchados. Sin embargo, tu estás sentada tranquilamente, observándolo todo y observando el lenguaje corporal de tu jefe. Él está irritado, nadie está escuchando y puedes notarlo. Espera hasta que termine la reunión, quítate la capa y hazle saber tus ideas y pensamientos, él lo apreciará y probablemente te escuchará de mejor modo.


Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios  / Olivia Jaras