Crear una cultura de empresa sólida y excepcional debería ser la absoluta prioridad de cualquier líder o emprendedor. Pero, ¿a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de "cultura de empresa"? A esa forma de entender la gestión según el mantra "cuida de tus trabajadores y ellos cuidarán de sus clientes". Por desgracia, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Te dejamos algunas claves para que recuerdes que empleados felices dan lugar a empresas exitosas.

Primero que todo, siéntate a reflexionar y analizar. Un tratamiento antes del diagnóstico no es una buena práctica médica, y tampoco funciona en el mundo de la cultura empresarial. Antes de comenzar realiza un diagnóstico certero de la situación de tu empresa; sólo así sabrás qué necesita.

Una buena cultura empresarial comienza por pensar diferente y pensar a lo grande. En el trasiego diario de reuniones y entregas es necesario un líder fuerte capaz de recordar regularmente a los empleados la "foto fija" de a dónde quiere llegar la empresa y por qué es una buena idea.

Acepta tus errores y responsabilízate de ellos. Los líderes más hábiles miran primero a su ombligo y analizan sus errores antes que los de los demás, y son expertos en una cualidad que todo jefe necesita desde el punto de vista de un empleado: humildad. Esto es necesario para solidificar la confianza entre el líder y los miembros de su equipo.

Trata de transmitirle a tus empleados tu cultural empresarial soñada. Los miembros de tu equipo no habitan en tu mente, por ello no podrán poner en marcha sus capacidades hacia lo que quieres conseguir si no se lo comunicas. La mejor forma de hacer que se sientan tan comprometidos con la causa como tú es hacerles parte de tu sueño y recordarles lo importantes que son para que se haga realidad.

Transforma la forma de pensar de sus empleados y transformarás sus comportamientos y resultados. Cuanto más éxitos les ayudes a lograr más oportunidades tendrán de interpretar esas pequeñas victorias como permanentes y personales.

Sé capaz de identificar, nutrir y recompensar el talento. Y es que no hay camino más rápido para alcanzar tu cultura empresarial soñada. Asegúrate de que estás contratando, entrenando y promocionando a los futuros líderes de la organización que deseas.

Mídelo todo constantemente, y sé rápido corrigiendo el curso de las cosas cuando alga vaya mal. Lo más importante es ser tan apasionado como diligente a la hora de centrarse en lo primordial. Y en ese sentido debes tener en la mano un termómetro que mida la fuerza de tu cultura de empresa veinticuatro horas al día. Al mismo tiempo debes prestar atención al feedback externo que llegue de tus clientes, distribuidores y competidores.

Actualidad Laboral / Con información de Forbes