17-06-2021

Con un llamado a la acción para que la recuperación de la COVID-19 esté centrada en las personas, dando prioridad a la creación de empleos decentes para todos y abordando las desigualdades causadas por la crisis, culminó la primera fase de la 109 Conferencia Internacional de la OIT. Este acuerdo compromete a los países a garantizar que su recuperación económica y social de la crisis será "totalmente inclusiva, sostenible y resiliente".


El acuerdo incluye dos conjuntos de acciones acordadas. El primero abarca las medidas que deben adoptar los gobiernos nacionales y sus "interlocutores sociales" empresariales y sindicales, para lograr una recuperación rica en empleo que refuerce sustancialmente las protecciones sociales y de los trabajadores y apoye a las empresas sostenibles.


Un segundo conjunto de acciones abarca la cooperación internacional y el papel de las instituciones multilaterales, incluida la OIT, con el objetivo de aumentar el nivel y la coherencia de su apoyo a las estrategias nacionales de recuperación de la pandemia "centradas en las personas".


Hace un llamamiento a la OIT -con su mandato de justicia social y trabajo decente- para que desempeñe un papel de liderazgo y utilice todos los medios para respaldar el diseño y la aplicación de estrategias de recuperación que no dejen a nadie atrás, incluso reforzando la cooperación con otras instituciones del sistema multilateral.


El Llamamiento a la Acción se basa en la Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo , adoptada en la CIT de 2019. El Llamamiento ofrece una vía para acelerar la aplicación práctica de la Declaración mediante la mejora de las políticas y las inversiones que apoyan una recuperación de base amplia y plenamente inclusiva. También hace un llamamiento a la acción urgente y coordinada en áreas relacionadas, incluyendo la cooperación y la solidaridad internacionales para garantizar un acceso global e igualitario a las vacunas, los tratamientos y las medidas preventivas.


El Director General de la OIT, Guy Ryder, acogió con satisfacción el acuerdo: "La creación de una recuperación que sea inclusiva, sostenible y resiliente debe convertirse en una de las principales prioridades de las políticas públicas. Esta resolución ofrece un camino claro y completo que permitirá a los países convertir en acciones concretas la aspiración moral y política de no dejar a nadie atrás".


Y añadió: "La eficacia y la resiliencia de la recuperación de la COVID-19 dependerán en gran medida de su amplitud y de su carácter socialmente inclusivo. A menos que abordemos específicamente las desigualdades que se han agudizado durante esta crisis, existe un riesgo muy real de que las consecuencias económicas y sociales causen cicatrices a largo plazo, en particular para los grupos desproporcionadamente afectados, como los jóvenes y las mujeres, y las pequeñas empresas y microempresas que proporcionan la mayor parte del empleo mundial."


En una sesión especial de la CIT, antes de adoptar el Llamamiento a la Acción, los delegados participaron en la primera jornada de la Cumbre sobre el Mundo del Trabajo, de dos días de duración: Acción global para una respuesta a la COVID-19 centrada en las personas. En la Cumbre se debatieron los efectos de la pandemia en los mercados laborales, y las estrategias de recuperación que promueven la justicia social y el trabajo decente.


En la Cumbre también se escucharon mensajes de vídeo de los principales líderes mundiales , como el Papa Francisco, el Presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, el Primer Ministro de Portugal, António Costa, y el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden.