En el ámbito laboral, podemos distinguir entre los empleados tradicionales y los emprendedores. Sin embargo, en el contexto actual, el intraemprendimiento se está volviendo una estrategia que empieza a ser fundamental, en todas las esferas de las organizaciones. Las empresas ya no buscan únicamente empleados, que cumplan con sus responsabilidades laborales.
¿Qué es un intraemprendedor?
Un intraemprendedor es un individuo que contribuye a generar proyectos innovadores, nuevos negocios, y mejoras organizacionales. Que ayudan a fortalecer la competitividad de la empresa, sin tener expectativas de promociones o recompensas financieras. Se trata de un profesional que introduce innovación dentro de la empresa en la que está empleado. Y que contribuye al desarrollo de nuevas perspectivas, para el futuro de la organización.
Son individuos con curiosidad, aspiraciones, ideas y una gran iniciativa para transformar las relaciones empresariales, en colaboraciones mutuamente beneficiosas. Tienen la capacidad de innovar y lanzar nuevas líneas de negocio, revalorizando así el talento y el aporte de los empleados. Y al mismo tiempo, motivan al equipo con la implementación de proyectos innovadores, sin esperar recompensas a cambio.
¿Cómo descubrir a un intraemprendedor en la plantilla?
Identificar a un individuo con habilidades intraemprendedoras dentro de tu empresa, puede ser un desafío. David Comí, director de Incrementis, ha elaborado un listado con los signos de identidad del espíritu intraemprendedor, y algunas cualidades que ayudan a identificarlo.
- Es entusiasta.
- Tiene ganas de cambiar.
- Comprometido con el futuro de la empresa y su viabilidad.
- Tiene habilidades como hablar en público, escucha activa, captar necesidades del cliente, empatía, asertividad y capacidad de influir.
- Aunque puede tener “antigüedad” laboral, suele ubicarse en el tramo donde ya conoce bien la empresa y sus procesos; pero todavía mantiene la ilusión por descubrir.
- Identifica nuevas oportunidades de negocio que aporten valor a la compañía.
- Alta capacidad de resolución de problemas.
- Tiene olfato para detectar necesidades y demanda.
- Perseverante, pues entiende que de todas las ideas que se generan, no todas tienen éxito inicial. Y también asume que se cometerán errores puntuales.
- Mira las situaciones desde diferentes perspectivas. No le teme adoptar nuevos paradigmas, y realizar las cosas de diferente manera.
- Tiene capacidad de ejecutar. El buen intraemprendedor no es tanto aquel que genera ideas revolucionarias, sino el que destaca por tener una gran capacidad para llevarlas a la práctica.
Una vez detectado, ¿cómo sacarle partido?
Según explica Comí, para que todo lo anteriormente detallado se desarrolle, es imprescindible que las empresas fomenten un entorno de trabajo, que ayude a florecer el intraemprendimiento. Esto se consigue: estableciendo estructuras organizativas más planas, colaborativas y no tan jerarquizadas. Espacios para desarrollar la creatividad, nuevas ideas e interacción más informal entre personas donde surja la innovación; tolerar los errores iniciales en las ideas, acciones y decisiones que se lleven a cabo. Y sobre todo, fomentar la búsqueda de ideas y soluciones a dichos errores iniciales. Todo ello hará conseguir a largo plazo, grandes resultados.
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Actualidad Laboral / Con información de Observatorio Rh