15-12-2016
Consecomercio, asegura que lo que está ocurriendo en materia fiscal, monetaria y productiva en el país, es una acción deliberada para provocar la desaparición de la empresa privada y el sometimiento del consumidor a la gestión discrecional de las instancias públicas y no producto de un acto de ignorancia o desconocimiento de la gestión administrativa.

Es decir, hoy la voluntad política gubernamental no está al servicio de enfrentar las causas de la crisis, ni de salvar la economía nacional y garantizarle bienestar a la población. Es por ello que el comercio y los servicios cierran el 2016 en un ambiente de incertidumbre, zozobra y, junto con los consumidores, en un proceso de destrucción en general.

Este proceso se traducirá en un cierre masivo de modestas empresas, en mayor desempleo e informalización y desaparición del patrimonio familiar de miles de emprendedores venezolanos, que hoy se empeñan en sobrevivir bajo los efectos hiperinflacionarios. Pero, además, en centenares de miles de consumidores que no saben dónde adquirir bienes y servicios para satisfacer sus necesidades básicas.

Para Consecomercio, lo que ha sucedido durante las últimas semanas con la expansión de la liquidez monetaria y la reciente decisión de eliminar el billete de Bs. 100,00, se traduce en un aparente sinsentido que no lo es tal.

Un nuevo cono monetario por sí solo, sin que se adopten las necesarias decisiones contra el desorden fiscal y monetario que existe en el país, no garantiza éxito alguno contra las causas de la inflación.

Esta situación configura un hecho que afecta, por igual, a venezolanos indefensos, al comercio y los servicios y los ciudadanos no bancarizados, es decir, a los que integran el estamento popular y a los trabajadores agrícolas, pecuarios y del medio rural en general.

Las Cámaras y Asociaciones del Comercio y los Servicios, como de la Industria y la Producción diseminadas por todo el país y representadas en Consecomercio, llaman la atención, adicionalmente, acerca de que no es posible determinar condiciones funcionales para el 2017, principalmente para los primeros meses.

La producción industrial interna ya ha cesado sus operaciones por razones contractuales, la escasez de insumos o materias primas, y porque las importaciones gubernamentales no se hicieron oportuna y debidamente, especialmente para garantizar una oferta acorde con la demanda que se genera durante la fecha. Esta es la razón por la que la población no puede adquirir pan artesanal e industrial, harina precocida, pasta alimenticia, aceite comestible, entre otros bienes.

En cuanto al abastecimiento basado en las importaciones de alimentos promovidas por gobernaciones y relacionados, si bien conforman una opción para el consumidor, sólo satisfacen a quienes disponen de una mayor capacidad de compra.

Además es la coronación destructiva de la producción nacional, luego de que mientras se condena a los representantes de la industria y de la producción agropecuaria a reuniones técnicas interminables cada semana para evadir la obligación de eliminar gradualmente los controles de cambio y de precios que sinceren la economía en el país, se estimulan las compras internacionales en condiciones desconocidas para la población.

Actualidad Laboral / Nota de Prensa