Actualmente, lograr un empleo se ha convertido en una odisea para muchos. Pero aunque las personas en búsqueda activa de empleo tienen ante sí un reto complicado -a pesar de la leve mejoría en el comportamiento del mercado laboral- merece la pena armarse de ánimos y usar todos los trucos a nuestro alcance.
Los procesos de selección de personal son escasos y las vacantes que surgen en las empresas se cubren de forma rápida con candidatos bien preparados, muchas veces sin necesidad de llegar a hacer públicas.
El número de aspirantes que se presentan a los procesos de selección es grande, por lo que se ha endurecido la competencia por acceder a los escasos puestos de trabajo disponibles. De esta forma cobra aún más importancia que nunca que los candidatos preparen concienzudamente aspectos como su currículum y las distintas pruebas a las que pueden enfrentarse en ese camino hacia la reinserción en el mercado.
La cita que sigue teniendo más peso en estos procesos es la entrevista personal, a la que hay que llegar con las ideas claras y con las respuestas a las preguntas que nos pueden plantear bien preparadas.
Lo normal es que en un proceso de selección para un puesto más o menos cualificado tengamos que realizar dos o tres entrevistas, aunque en algunos casos llegan a ser hasta seis. En las primeras hay que centrarse en los aspectos relacionados con el proyecto y tu desarrollo personal y profesional. Temas como la retribución, horarios o condiciones de trabajo es mejor dejarlos para las últimas y esperar a que sea nuestro interlocutor el primero en introducirlos.
Antes de comenzar la entrevista tenemos que conocer bien nuestro currículum y la empresa y el puesto al que estamos optando. Normalmente comienzan con unas preguntas de presentación y toma de contacto, para pasar después a las que buscan un intercambio de información sobre nuestra trayectoria profesional, competencias, logros y motivación.
Los expertos de MOA BPI dan una serie de recomendaciones generales a la hora de enfrentarse a esta importante cita:
En este encuentro personal el reclutador busca un determinado tipo de persona después de haber analizado nuestro currículum y el de otros muchos candidatos que aparentemente parecen encajar en el perfil. La clave del éxito está, más que en ser el mejor aspirante, en ser capaces de llevar a cabo la mejor exposición, en la comunicación. Y los 5 o 10 primeros minutos de esta conversación son los vitales para intentar conectar y crear interés en nuestro entrevistador. Si te formulan muchas preguntas y la charla se prolonga será señal de que estamos logrando nuestro objetivo. Si es breve y no nos dan pie a explicarnos, mala señal.
Para conseguirlo:
Con información de lainformacion.com