La elección de Catar como sede de la Copa Mundial de la Fifa en 2022 estuvo marcada por una gran polémica, debido a supuestos casos de corrupción y sobornos para que dirigentes de todo el mundo, votaran para que el país asiático fuera el anfitrión del torneo. A pesar de que a través de documentos se hicieron públicas varias denuncias, de la renuncia del entonces presidente de la Fifa, Joseph Blatter, y de los procesos judiciales que enfrentar varios dirigentes de la Federación; el emirato rechazó estas acusaciones y continuó con la organización del certamen que se disputará a finales del próximo año, para que no coincida con el verano.
Sin embargo, las construcciones de estadios y hoteles han causado la muerte de al menos 6.500 personas –otros informes hablan de un número mayor de fallecidos–; según denunció esta semana la Fundación para la Democracia Internacional a través de un informe titulado Detrás de la pasión. En este documento, la entidad afirma que la mayoría de estos decesos corresponden a población vulnerable, mucha de ella proveniente de países como India, Bangladesh, Pakistán, Sri Lanka, Filipinas, Kenia, entre otros. Por lo que le han pedido al presidente de la Fifa, el italiano Gianni Infantino, que revise esta situación y se tomen medidas para evitar que, más personas mueran en los trabajos relacionados con el Mundial de Fútbol.
Los cálculos de la organización dan una media de doce vidas perdidas por semana desde el 2010; casi el doble de la media de muertes por coronavirus que se han registrado en Catar, que a la fecha reporta el fallecimiento de 516 personas desde que se inició la emergencia sanitaria global.
Los investigadores informaron que los casi 2 millones de migrantes que trabajan en las obras para la cita futbolística, construyen rutas, vías de ferrocarril, estadios, hoteles y centros de convenciones, entre otros. De estos 2 millones, casi unos 400.000 laboran en el sector de la construcción y la mayoría está obligada a trabajar entre 16 y 18 horas diarias, siete días a la semana; realizando tareas al aire libre y soportando temperaturas que alcanzan hasta los 50 grados. “Como si esto fuera poco, las viviendas que les proporcionan son espacios reducidos en los que viven hacinados, sin contar con las mínimas condiciones higiénicas”, asegura Guillermo Whpei, presidente de la fundación que reveló el informe.
Médicos y organizaciones de medicina explican que cuando el cuerpo trabaja a altas temperaturas, esto genera que el sistema cardiovascular realice un esfuerzo extra; lo que sumado al estrés por calor y al cansancio, produzcan ataques cardíacos fatales y otros problemas cardiovasculares. La ONG denuncia que aunque el sistema de esclavitud ya ha sido abolido en el mundo, tanto empleadores como el Estado catarí continúan poniéndola en práctica sobre los obreros. “La confiscación de los pasaportes -que los trabajadores entregan firmando un formulario-, las altas tarifas de contratación, las condiciones inhumanas en las que realizan su trabajo y se alojan, el no pago de los haberes en término y las prácticas engañosas de captación siguen siendo habituales en Catar”, denuncia Whpei, sin que la Fifa tome ninguna medida.
Debido a la emergencia del coronavirus, muchos de estos migrantes han quedado atrapados en campos de trabajo y no han podido regresar a sus países, ya sea por el cierre de fronteras, o por la confiscación de sus pasaportes, por lo que viven hacinados, sin salario y con una enorme posibilidad de contraer el virus, lo cual puede terminar siendo una enorme crisis sanitaria. “Además, a pesar de que se aseguró a los trabajadores que los cierres de la zona industrial, no afectarían al pago de los salarios ni a la cobertura de las necesidades básicas, esto no se está cumpliendo” aseguró Whpei.
Actualidad Laboral / Con información de Revista Semana