Pasados ya algunos días de la entrada en vigencia de la reconversión o reexpresión monetaria en el país, por medio de la cual se eliminaron 6 ceros al ya desaparecido Bolívar Soberano, no se ha materializado ningún anuncio relacionado con el ingreso de los trabajadores venezolanos.
En declaraciones para Actualidad Laboral, la economista y directora de Síntesis Financiera, Tamara Herrera, señala que aunque las medidas relacionadas con el incremento de salarios se toman para intentar subsanar el impacto que sufren las personas “al ver disminuido el número de dígitos en sus saldos”, hay razones para esperar que esa medida se tome, aunque probablemente no en este momento.
La especialista explica que dado que el gobierno lleva dos años haciendo una desaceleración del gasto público para tratar de incidir sobre la inflación, y un aumento de sueldos implica también un incremento importante del gasto del Estado, “podría ser que decida juntar el aumento salarial de compensación ante el shock psicológico que pudiera ocasionar la supresión de los dígitos, con el aumento que se ha hecho habitual en el cuarto trimestre del año, y adicional que hay unas elecciones el 21 de noviembre”.
“No sería de extrañar que en vez de hacer un aumento salarial simbólico ahora y otro después, se haga un solo aumento antes de las elecciones, justamente para que la gente vaya a votar con los bolsillos un poquito más llenos”, explicó.
Reconversión mal implementada
En cuanto a la reconversión o reexpresión en sí misma, la economista señaló que “es una medida a la que se le puede decir cosmética, en el sentido de que no está abordando la corrección económica, no está dentro de una política económica propiamente dicha, sino que es una medida para subsanar un exceso de dígitos que estaba entorpeciendo la actividad económica y encareciéndola también”.
Pero señaló que “algo que debía ser tan sencillo como cosmético, a mi juicio no fue bien divulgado, no fue bien explicado a la población y tampoco fue implementado de la mejor manera”.
Puso como ejemplo, que ninguna de las reconversiones anteriores requirieron de dos días forzosamente feriados bancarios y en ninguna otra le dieron tan poco tiempo a las plataformas bancarias para ponerse a punto.
“Las demás entraron en vigencia, por ejemplo, la de 2018 el lunes 20 de agosto y eso fue un lunes feriado bancario como a los que ya está acostumbrada la población, y en el caso de la de 2008 ni siquiera, porque esa entró en vigencia un 1ero. de enero y el 1ero. de enero los bancos no trabajan”.
Es por ello que tanto la banca como las empresas tuvieron el tiempo necesario para hacer las pruebas sin generar mayor inquietud en la población. También afectó la falla en las plataformas del Banco de Venezuela, dos semanas antes de la entrada en vigencia de esta reexpresión.
Además de eso, en la semana previa el gobierno adelantó casi la totalidad de las remuneraciones del sector público así como la de los bonos de la patria y entonces el domingo previo a la semana en la que se iba a producir esta reexpresión le informan a los usuarios de la plataforma patria que de su monedero digital solamente pueden hacer operaciones hasta el lunes para que la operación se pudiera hacer efectiva el 30.
“Todo eso empezó a generar incertidumbre sobre el momento de la disponibilidad de dinero, el momento del consumo, se mezcló con rumores, la gente adelantó consumo, hubo desconfianza sobre los tiempos de la banca, aunque la banca funcionó como un reloj, hubo todo un frenesí que hizo que se pidieran los pagos en efectivo, eso generó una demanda grande de divisas, y así terminó el mes de septiembre, echando a perder el trabajo que había hecho el Banco Central durante dos meses con un tipo de cambio prácticamente estabilizado”. El de septiembre cerró con un aumento del cambio del 21%, cuando estaba para ser un mes estable.
Actualidad Laboral