15-04-2020

Corea del Sur, uno de los primeros países en controlar un brote importante de coronavirus, está tomando medidas para controlar la enfermedad en el futuro, confiando en gran medida en la tecnología y en su sociedad hiperconectada.


El objetivo es revitalizar la cuarta economía más grande de Asia y mantenerla en marcha aprovechando el éxito del país en la identificación y el seguimiento de los casos sin imponer grandes confinamientos obligatorios ni exigir a las empresas que mantengan a sus empleados trabajando desde casa, según fuentes consultadas.


 “Sin recurrir a confinamientos o prohibiciones de movimientos, hemos podido mantener nuestras fábricas en funcionamiento en gran medida, y esto está transmitiendo al mundo la idea de que somos una base segura y transparente de producción”, dijo el presidente Moon Jae-in la semana pasada.


La evolución de Corea del Sur está siendo observada de cerca en Europa y Estados Unidos, donde los Gobiernos esperan que la recuperación tras la crisis sea rápida.


“Estamos en un largo tira y afloja con el coronavirus”, dijo la semana pasada el ministro de Sanidad, Park Neung-hoo. La batalla podría durar meses o incluso años, dijo.


Campaña de rastreo


La estrategia de contención de virus de Corea del Sur se basará en una campaña intensiva de rastreo de contactos y pruebas que, según los expertos, ha sido fundamental para descubrir redes de infecciones que de otra manera podrían haber pasado desapercibidas.


 Además de los kits de diagnóstico y las técnicas de rastreo que ya se han puesto en marcha, Corea del Sur tiene previsto crear una base de datos de “ ciudad inteligente” y obligar a los infractores de la cuarentena a aceptar el uso de brazaletes de rastreo.


 La base de datos fue diseñada para compartir información entre ciudades sobre asuntos como el tráfico y la contaminación. Las autoridades sanitarias tienen previsto aprovechar esa red para reducir el tiempo que se tarda en encontrar y aislar los casos de coronavirus.


 La base de datos será operada por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Corea (KCDC), lo que proporcionará a los investigadores epidemiológicos datos en tiempo real sobre los pacientes, incluyendo su paradero, el tiempo que pasan en lugares específicos, las imágenes de CCTV y las transacciones con tarjetas de crédito.


 Esto podría reducir el tiempo necesario para rastrear los movimientos de un paciente de alrededor de un día a unos diez minutos, según el Ministerio de Infraestructura y Transporte, que fue el que puso en marcha la iniciativa de la “ciudad inteligente”.


 Junto con la información suministrada por los KCDC, el sistema recopila datos del Organismo Nacional de Policía, la Asociación de Financiación del Crédito de Corea, tres empresas de telecomunicaciones y 22 empresas de tarjetas de crédito.


 Lee Soo-young, director del Instituto de Inteligencia Artificial del Instituto Superior de Ciencia y Tecnología de Corea, dijo que la tecnología ayudaría a los investigadores a hacer un seguimiento más eficiente de los casos, aunque planteara problemas de privacidad.


 Sin embargo, el Ministerio de Infraestructuras dijo que los investigadores necesitarán obtener la aprobación de la policía para ver la información, y el acceso a la base de datos estará restringido a un pequeño número de usuarios autorizados, asegurando la confidencialidad de la información personal no relacionada. El Ministerio también dijo que la información de la base de datos se eliminaría cuando se contuviera el brote.


 Una coalición de 17 grupos de derechos humanos ha expresado su preocupación por la privacidad en relación con la adopción de las pulseras de rastreo para las personas que violan las cuarentenas, señalando la posible discriminación contra algunos pacientes. En respuesta, las autoridades han dicho que las pulseras solo se utilizarían si los pacientes dan su consentimiento.


Otra clave de la estrategia de contención de virus de Corea del Sur es la intensificación de los controles fronterizos. En lugar de prohibiciones totales, Corea del Sur está utilizando pruebas generalizadas y tecnología de rastreo para permitir que se pueda viajar al país.


Adaptar el distanciamiento


Los responsables sanitarios dicen que también están estudiando adaptar las medidas de distanciamiento social que pidieron al principio de la crisis — instando a la gente a evitar las grandes reuniones o a quedarse en casa, pero sin imponer ninguna orden real al respecto — en las próximas semanas.


Algunas de las estrategias a largo plazo que se están analizando incluyen hacer que los lugares de trabajo estén menos concurridos y persuadir a los coreanos de que no es una virtud presentarse en el trabajo cuando están enfermos, dijo a Reuters Yoon Tae-ho, director general de políticas de salud pública del Ministerio de Sanidad.


La semana pasada los KCDC esbozaron medidas preventivas para las escuelas, iglesias y algunas instalaciones de entretenimiento que incluían un programa de desinfecciones, directrices sobre la proximidad de las personas y controles de temperatura, un conjunto de iniciativas que pueden convertirse en prácticas a más largo plazo.


El país también está intensificando sus esfuerzos para mejorar los tests y aumentar los recursos para los hospitales.


 Los hospitales están examinando a todos los pacientes de neumonía, y el personal de lugares como asilos e instalaciones médicas se examinará regularmente. Las autoridades han designado dos nuevos hospitales y están construyendo un tercero especializado en el tratamiento de enfermedades infecciosas.



Actualidad Laboral / Con información de Reuters