La recién acuñada “coronofobia” está afectando a las empresas, en la medida en la que sus trabajadores ven afectada su salud mental; y, consecuentemente, lastrada su productividad hasta llegar al absentismo laboral. Nadie quiere contagiarse de Covid y todos nos ponemos algo nerviosos, ante la posibilidad de haberlo hecho o tener que ir a un sitio que percibimos como arriesgado (por ejemplo, el lugar de trabajo). "Un grupo reducido de la población vive esta preocupación de manera muy intensa, experimentando un alto nivel de ansiedad ante el virus y desarrollando conductas compulsivas y exageradas para regular ese miedo", señalan desde ifeel, plataforma de bienestar laboral.
Han aumentado, considerablemente, las bajas laborales derivadas de la gestión personal de la pandemia; y la ansiedad sigue siendo el principal motivo, de consulta en el ámbito laboral. Desde ifeel afirman que se consolidará el aumento de personas que dan el paso, a cuidar de su bienestar psicológico con un profesional; y también el número de las que lo hacen de manera online, especialmente en servicios facilitados por sus empresas. La tendencia de los años anteriores va a continuar, ya que cada vez más personas (y más empresas), van a confiar en este tipo de servicios.
En el top 5 de los nuevos motivos de consulta que aparecieron durante 2021, y que seguirán estando muy presentes en 2022:
1- No quiero volver a la oficina.
2- Tengo miedo a contagiarme en la oficina.
3- Me da ansiedad la vuelta a la oficina.
4- La pandemia me hace plantearme dejar el trabajo.
5- Me planteo un cambio de vida debido a la alternativa del trabajo en remoto.
Según datos que manejan en la web de ifeel, el porcentaje de pacientes mujeres supera claramente al de hombres, representando un 77% de los usuarios; aunque cada vez, más hombres acuden al psicólogo para tratar sus problemas mentales. En cuanto a la edad, la franja entre 25 y 34 años es la más común, si bien cabe destacar que todos los grupos de edad aumentaron significativamente en 2021.
“Cada vez más hombres se implican en el cuidado de su bienestar psicológico y sus motivos de consulta no son tan diferentes de los de las mujeres. Esto es muy buena noticia tanto para ellos como para las empresas en las que trabajan. Que ven cómo una gran parte de su plantilla, que antes permanecía ajena al ámbito del bienestar emocional; ahora se compromete más y genera un beneficio importante en el clima laboral, y la productividad de la compañía”, ha asegurado Amir Kaplan, CEO de ifeel.
Las normas de la empresa, una prueba para nuestra ansiedad
Las normas impuestas desde la empresa han puesto a prueba la flexibilidad conductual: vuelta al trabajo en la oficina, vuelta al trabajo en casa, vuelta a planificar eventos, vuelta a cancelarlos. Pero también emocional: manejo de la incertidumbre, preocupación por la seguridad, frustración por no acabar de ver soluciones duraderas. Esto ha provocado fatiga y reanimado las vivencias a las reacciones que se produjeron en oleadas anteriores de la pandemia; aunque también ha habido un auge de la emoción por recuperar la vida y hábitos sencillos entre ola y ola.
Una manera de que el cuidado de la salud mental, puede llegar a muchas más personas es a través de la propia empresa. Ofreciendo esta a sus empleados, programas de salud mental como parte de un paquete de beneficios. Algunos de los problemas derivados del entorno laboral que pueden afectar a la salud mental son:
- Alto grado de fatiga.
- Burnout (síndrome del trabajador quemado).
- Boreout (aburrimiento y desmotivación profundos).
- Procesos de trabajo mal planteados.
- Una gran presión por parte de las empresas para cumplir objetivos en un contexto incierto.
- Asunción de un volumen excesivo de tareas debido al aumento de bajas laborales por enfermedad.
Por otro lado, no hay que olvidar la presión que los trabajadores llegan a ejercer sobre sí mismos, por una autoexigencia mal entendida. También están presentes cuestiones relativas al género que influyen en la percepción de vulnerabilidad, la predisposición a pedir o no ayuda psicológica; o la construcción del autoconcepto a través de lo profesional.
Estas situaciones restan eficiencia al rendimiento individual y de equipo; ya que acaban generando insatisfacción, frustración, fricciones en las relaciones con los compañeros, problemas de conciliación entre lo profesional. Y otras facetas de la vida de los empleados, sintomatología propia de la ansiedad: activación somática elevada, inquietud, irritabilidad, problemas de sueño, desajustes en los ritmos de la alimentación. Así como un probable consumo de sustancias o fármacos con el objetivo de contrarrestarla.
Actualidad Laboral / Con información de Observatorio RH