Poner en marcha un negocio puede ser como tirar espaguetis a la pared y ver qué se pega. Incluso si los objetivos son claros al principio, una vez que se pone en marcha, las cosas siguen cambiando y transformándose, lo que nos mantiene reactivos y fuera de control. Por esa razón tiene sentido que una de las causas más comunes del agotamiento sea trabajar mucho con la incapacidad de desconectar. Muchos emprendedores hacen precisamente esto: trabajan 24 horas al día para que su negocio tenga éxito en este periodo de caos, cuando en realidad el verdadero trabajo debería empezar con una sesión intensiva de estrategia para crear un plan de negocio.
Ahora bien, esto no es solo un plan de negocio en el sentido tradicional. Se trata de un plan sobre cómo y cuándo trabajarás en tu negocio, y cuáles serán tus prioridades semanales y mensuales para avanzar. Una vez tengas una imagen clara de estas prioridades y del orden de ataque, podrás evitar el agotamiento construyendo un equilibrio entre el trabajo y la vida privada.
A continuación te damos cuatro consejos sobre cómo hacerlo mientras elaboras tu estrategia para la nueva década.
Crea tres metas claras y objetivas para todo el año
Siéntate con tu equipo o con un mentor y elabora una lista de todos los objetivos principales que se te ocurran para el año. Lo ideal es que solo haya tres objetivos principales. Estos objetivos pueden ser específicos de la empresa o estar más basados en el desarrollo personal, como el número de conferencias a las que quieres asistir o el número de charlas que deseas conseguir.
Una vez que la lista sea exhaustiva, analízala. ¿Cuáles son los tres que realmente merecen tu tiempo y energía? Puede que descubras que algunos objetivos se complementan entre sí y pueden estar relacionados con otros más grandes. Una vez que te sientas bien (¡y entusiasmado!) con los tres objetivos principales, anótalos en una cartulina para colgarlos en tu oficina o en un fondo de pantalla que puedas poner en el escritorio de tu portátil.
A medida que empieces a desglosar los trimestres, meses y semanas, todas las metas e iniciativas más pequeñas alimentarán estos tres objetivos principales.
Divide el año en trozos pequeños
Puede resultar realmente abrumador ver los 365 días que tienes por delante e intentar elaborar un plan de ataque día a día. En lugar de eso, empieza con trozos del tamaño de un bocado. Por ejemplo, el próximo trimestre. ¿Cuál debería ser un subobjetivo más pequeño para cada mes? ¿Qué harás cada semana para alcanzar ese subobjetivo, y cómo los hábitos y las prácticas diarias contribuyen a estos logros semanales, mensuales y trimestrales?
A medida que empieces a reducir el objetivo, ya empezarás a sentirte más organizado. Ahora, saber lo que lograrás en el día a día (por ejemplo, cuántos artículos escribirás, llamadas de ventas harás o sesiones de coaching organizarás) te asegurará tener siempre el control de tu negocio.
Crea parámetros que te permitan ser proactivo, en lugar de reactivo
En última instancia, el proceso de creación de este plan te permitirá ser proactivo, en lugar de reactivo.
Jessica Zimmerman, planificadora de bodas y fundadora de una empresa de diseño floral de siete cifras, es también madre de tres niños pequeños y se ha visto obligada a encontrar un equilibrio entre vida y trabajo basado en esta noción.
Tuvo que renunciar a la necesidad de ser reactiva (responder cada vez que un cliente envía un correo electrónico, trabajar toda la noche si se siente abrumada) para estar allí para sus hijos y crear un equilibrio entre la vida laboral y la personal.
"Ten un horario claro de inicio y fin de tu trabajo", dice. "En nuestra sociedad agraria histórica, los humanos trabajaban al ritmo del sol. Trabajar sin parar no forma parte de nuestro ADN".
Zimmerman recomienda crear parámetros trabajando en bloques de tiempo más cortos para hacer un trabajo de mayor impacto, y tener tiempo por la mañana y por la noche sin el portátil. Ella también solo revisa el correo electrónico una vez al día (en franjas de 30 minutos). De esta manera, el tiempo que pasas trabajando se maximiza.
Programa las vacaciones
Al contrario de la última tendencia de trabajar a todas horas, te sentirás mucho mejor después de tus vacaciones que antes.
La doctora Emma Seppälä escribe para Psychology Today que "incluso una breve escapada de fin de semana puede proporcionar una importante recuperación del estrés laboral, mientras que los viajes más largos proporcionan todavía más alivio".
Y cuando te vas de vacaciones, eso significa desconectar de todo en el trabajo. No aprovecharás todos los beneficios del tiempo fuera si estás con el portátil junto a la piscina. Detén todo durante una semana o haz que alguien de tu equipo se encargue de ello. Como lo has planeado con tanta antelación, no te resultará difícil hacerlo.
El agotamiento puede parecer imposible de evitar cuando se trata de iniciar y dirigir un negocio, sin embargo, es esencial que protejas tu salud y bienestar. Sé proactivo, crea un plan detallado y asegúrate de tomar muchos descansos. Tu negocio - y tu felicidad - dependen de ello.
Actualidad Laboral / Con información de Ihodl