14-07-2021

En lo que va de año han muerto más del doble de migrantes y refugiados en las peligrosas rutas marítimas a Europa, en comparación con el primer semestre de 2020, según un reporte publicado el miércoles por la agencia migratoria de Naciones Unidas.


Al menos 1.146 personas murieron entre enero y junio, según la Organización Internacional para las Migraciones. El número de personas que intentó cruzar el Mediterráneo hasta Europa aumentó en un 58%, según la OIM.


La ruta del Mediterráneo Central entre Libia e Italia fue la más mortal, con 741 fallecidos. Le seguía el tramo de Océano Atlántico entre el África Occidental y las españolas Islas Canarias, donde murieron al menos 250 personas, según la agencia. Al menos otras 149 personas murieron en la ruta del Mediterráneo Occidental hacia España, además de otras seis en la ruta del Mediterráneo Oriental hacia Grecia.


La cifra real de muertos en las rutas marítimas a Europa podría ser mucho mayor porque muchos naufragios no se reportan y otros son difíciles de verificar, señaló la OIM.


Las organizaciones de derechos humanos habían advertido que la ausencia de barcos gubernamentales de búsqueda y rescate, especialmente en el Mediterráneo Central, haría más peligrosas las travesías migrantes, dado que los gobiernos europeos cada vez delegan y apoyan en mayor medida a países norteafricanos con menos recursos para gestionar operaciones de búsqueda y rescate.


Túnez aumentó esas operaciones en un 90% en los primeros seis meses de 2021, mientras que las autoridades libias interceptaron a más de 15.000 hombres, mujeres y niños, que fueron devueltos al país devastado por la guerra. Libia multiplicó por tres el número de personas interceptadas en comparación con el mismo semestre del año anterior, según la OIM.


Por su parte, las autoridades italianas perseguían cada vez más a los barcos de rescate de organizaciones benéficas, que durante años han trabajado para llenar el hueco dejado por los gobiernos europeos. Las autoridades italianas han retenido de forma rutinaria durante meses, y en ocasiones años, los barcos gestionados por organizaciones no gubernamentales.


Aunque muchos factores contribuyen al aumento de muertos de este año, como un aumento de las embarcaciones endebles que intentan hacer el viaje, uno de los principales factores fue “la ausencia de operaciones de búsqueda y rescate proactivas, europeas, dirigidas por los estados, en aguas internacionales, combinada con las restricciones sobre las ONG”, indicó el vocero de la OIM Safa Msehli.


“No se puede abandonar a esta gente en un viaje tan peligroso”, dijo Msehli a The Associated Press.


Italia ha detenido este año nueve barcos gestionados por ONG, según Matteo Villa, investigador del centro de estudios ISPI, que monitorea datos y estadísticas sobre migración.


Los países mediterráneos como Italia, Malta, España y Grecia han pedido de forma reiterada a sus socios europeos que ayuden a atender a las personas rescatadas y llegadas a sus costas.


El año pasado, cuando las restricciones de la pandemia complicaban los desplazamientos entre países, el número de migrantes y refugiados llegados por mar a Europa alcanzó su cifra más baja desde 2015. Un millón de personas llegaron ese año a Europa, muchos de ellos refugiados que huían de la guerra en Siria.


El naufragio más grave este año se produjo el 22 de abril en aguas de Libia, cuando 130 personas se ahogaron pese a hacer varias llamadas pidiendo auxilio.


La guardia costera libia, que cuenta con formación y equipamiento de la Unión Europea, fue criticada cuando se difundió un video en el que se veía a una de sus embarcaciones persiguiendo y haciendo disparos de emergencia a un bote de migrantes el 30 de junio. Las autoridades libias reconocieron que las acciones de los guardacostas habían puesto en peligro las vidas de los migrantes y prometieron que los responsables rendirían cuentas.


En los últimos años, grupos de derechos humanos han reportado malos tratos, torturas y abusos contra migrantes y refugiados que fueron interceptados por la Guardia Costera libia y conducidos a penosos centros de detención.