La huelga de transporte más larga de Francia en décadas contra la reforma del sistema de pensiones contrajo el crecimiento económico en el último trimestre de 2019, y causó una ralentización mayor a lo previsto para todo el año. El crecimiento del PIB -producto interno bruto- se redujo a 1,2% para el año 2019, lastrado por una contracción del 0,1% en los últimos tres meses del año, la primera caída trimestral desde abril-junio de 2016; anunció el viernes la oficina francesa de estadísticas INSEE. El organismo preveía originalmente un crecimiento del 0,3% en el último trimestre.
El gobierno, que cerró 2018 con un crecimiento de 1,7%, esperaba que una serie de recortes fiscales y aumentos salariales para los trabajadores de bajos ingresos amortiguaran el golpe de las protestas de los "chalecos amarillos", que comenzaron a perder fuerza solo en el verano pasado. Pero la huelga masiva lanzada el 5 de diciembre contra la reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron tuvo un impacto negativo, sobre todo en los comercios, durante un período crucial previo a Navidad. "No se esperaba un impacto de esta magnitud", admitió Mathieu Plane, economista del centro de investigación OFCE. "Hubo un movimiento, particularmente en la industria, de reducción masiva de existencias (...). En diciembre las líneas de producción funcionaron menos", explicó.
Los restaurantes y los minoristas se quejaron de que las ventas se habían reducido en un tercio o más, en particular en París, donde la mayoría de líneas del metro se mantuvieron cerradas durante varias semanas. La producción de bienes y servicios retrocedió 0,2, después de haber crecido de 0,3% en el trimestre anterior, y las inversiones se desplomaron, con un crecimiento en el cuarto trimestre de solo 0,3% después de un aumento de 1,3% en el trimestre anterior. Pero para el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, esta "desaceleración temporal no pone en duda los fundamentos del crecimiento francés, que siguen siendo sólidos".
Mejor que Alemania e Italia
Muchos especialistas temían las consecuencias de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China o la incertidumbre por el Brexit, pero el PIB de Francia superó a muchos de otros países europeos. El crecimiento francés es idéntico al de la zona euro, pero mucho mejor que el de Alemania, que cayó a 0,6% debido a la gran dependencia de su industria del comercio internacional; y al de Italia, 0,2% el año pasado.
Francia pudo contar el año pasado con una demanda interior relativamente fuerte. Y aunque la producción enfrentó ciertas dificultades en el último trimestre (+1,6% después de 2% en 2018), la inversión se mantuvo dinámica (+3,6% después de 2,8% en 2018).
Gracias a los 10.000 millones de euros desbloqueados a finales de 2018 por el gobierno para calmar al movimiento de los "chalecos amarillos" y también a más de 260.000 nuevos puestos creados, el poder adquisitivo aumentó de más de 2%, según las estimaciones del INSEE, algo incomparable desde 2007. Y con la reducción del impuesto sobre la renta de 5.000 millones de euros y la supresión de un impuesto sobre bienes inmuebles, el consumo podría acelerarse aún más este año, con un impacto positivo para el crecimiento.
El presidente Emmanuel Macron asumió el cargo en 2017 prometiendo promulgar reformas para reactivar la economía francesa. Ha impulsado una serie de cambios en la legislación laboral y recortes fiscales para las empresas, pero la resistencia generalizada a la revisión de las pensiones, ha dado lugar a la mayor muestra de fuerza sindical en décadas.
En diciembre, el INSEE dijo que esperaba un crecimiento del 0,2% por ciento para el primer trimestre de 2020, y del 0,3% para el segundo, previsiones que podrían ser demasiado optimistas. Para alcanzar un crecimiento anual del 1,3%, "el crecimiento tendría que llegar al 0,45% cada trimestre". Esto no parece razonable, sería más del doble de las tasas observadas en 2019", dijo Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum Asset Management, en una nota.
Actualidad Laboral / Con información de AFP