02-12-2020

La pandemia pesa en los sueldos de los españoles. En concreto, un 12,7% es la masa salarial que ha borrado el virus tras su irrupción entre el primer y segundo trimestre del año, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentado este miércoles. Con más impacto por las horas que se dejan de trabajar (9,7 puntos) que por el empleo perdido (3 puntos); el 12,7% supone el doble que la media europea (-6,5%) y solo Portugal (-13,5%) sale peor parado.


En el detalle están las claves de esta crisis. Primero, que afecta más a las mujeres. En España ellas pierden el 14,9% de sus ingresos, por el 11,3% de los hombres, al trabajar en sectores más afectados por la pandemia como turismo o comercio. Segundo, que los peor pagados han sufrido más, de nuevo al estar ligados a actividades que han parado en seco por las restricciones.


Por último, como en el caso anterior, que los jóvenes han quedado más expuestos por la precariedad de sus empleos y su dependencia de actividades que cerraron. “El impacto ha sido dramático y sin precedentes, prácticamente de la noche al día”, dijo Guy Rider, director general de la OIT, al presentar el informe. Tampoco se salvan migrantes ni trabajadores de la economía sumergida, que perdieron hasta el 60% de los ingresos en el primer mes de la crisis.


El golpe se prolongará en el futuro


Aunque el estudio viene a confirmar lo que han ido mostrando otros informes, en su caso, destacan las advertencias de que el golpe no ha cesado. Para la OIT en el futuro cercano, la crisis puede ejercer una “inmensa presión a la baja” sobre las remuneraciones. “Queda por delante un camino largo, turbulento y duro”, alertó Rider en rueda de prensa. Todo esto se traduce en una amenaza a los avances logrados. El mayor alcance sobre las mujeres puede ampliar las brechas de género “y, posiblemente, borrar el progreso de los últimos años”, reza el documento.


Para los jóvenes, la pandemia “complica seriamente sus perspectivas de empleo”. Hay riesgo de una generación perdida. Y si todo se consolida, aumenta la desigualdad: en España la ratio entre lo que reciben los deciles con mejores salarios, y los peores, se ha disparado hasta máximos continentales. Las diferencias plantean un futuro con “un desolador saldo de pobreza e inestabilidad social y económica de enormes proporciones”, advirtió Rider.




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