Al analizar el año 2014, ¿cuáles han sido los principales logros del movimiento sindical internacional y en qué ámbitos se puede mejorar?
El entorno económico mundial siguió siendo muy hostil para los trabajadores y las trabajadoras. Aún no se ha enderezado la economía mundial; las cifras de desempleo siguen siendo superiores a las del inicio de la crisis financiera mundial y cientos de millones de trabajadores carecen de empleos o de protección social. Cada vez son más los países en los que se está limitando el espacio democrático, y el nivel de confianza en gobiernos e instituciones es el más bajo de la historia reciente.
Frente a este panorama, el Congreso de la CSI, celebrado en mayo en Berlín, se centró en dotar al movimiento sindical de mecanismos para hacer frente a esos retos. El Congreso, estructurado de manera muy innovadora y participativa, aprobó planes de trabajo para tres ámbitos muy importantes:
- el crecimiento de los sindicatos;
- los empleos sostenibles, la seguridad de los ingresos y la protección social;
- la materialización de derechos.
El crecimiento de los sindicatos es esencial si queremos transformar el mundo para que reine la justicia económica y social. La Academia de Sindicalización de la CSI, que ha formado a más de 500 personas hasta el final del año, es un elemento clave para respaldar el crecimiento de los sindicatos. Ahora vemos que los antiguos alumnos de la Academia, entre los que hay muchos jóvenes y muchas mujeres, están fomentando la sindicalización en todas las regiones y utilizan las competencias y conocimientos que han obtenido gracias al programa de formación de la Academia. La sindicalización es elemental en toda la labor de la CSI, y en 2014 se dedicaron muchos esfuerzos a integrar en nuestras actividades objetivos de sindicalización y estrategias en toda nuestra gama de trabajos, con las afiliadas y las Federaciones Sindicales Mundiales (FSM).
En cuanto a empleos sostenibles, seguridad de los ingresos y protección social hemos logrado verdaderos avances en el último año, a pesar de que queda mucho por hacer. Vemos que se están reconociendo nuestras exigencias en procesos internacionales como los objetivos de desarrollo para después de 2015 de las Naciones Unidas, y hemos establecido alianzas sólidas con otros actores dedicados a la justicia económica y a cuestiones de desarrollo.
Un elemento fundamental para ello ha sido fortalecer las actividades de los trabajadores de la economía informal para que éstos se sindicalicen y empiecen a formalizar sus empleos. Se trata de una tarea ingente, pero también sabemos que esos trabajadores desean sindicalizarse en aras de su dignidad y de sus derechos laborales, y estamos aquí para ayudarlos.
También hemos avanzado mucho en relación con los empleos sostenibles. El cambio climático es un desafío gigantesco para todos los habitantes del planeta. Aún no hay una cantidad suficiente de gobiernos con la perspectiva y el compromiso necesarios, pero nuestro programa en pro de una transición justa y de la creación de empleos en una economía baja en carbono se está arraigando profundamente.
La materialización de derechos ha supuesto un reto constante para el movimiento sindical a lo largo de la Historia. Hemos confeccionado una “lista de alerta” de países, que, a su vez, contiene una lista de países prioritarios en los que las amenazas a los trabajadores y sus derechos son mayores. Ello permite que concentremos nuestra solidaridad donde más falta hace, al tiempo que mantenemos nuestra campaña en pos de los derechos de los trabajadores en todos los países.
Hemos incrementado nuestra labor jurídica, y en 2014 hemos empezado a constituir una red mundial de abogados dispuestos a intervenir y defender los derechos en el trabajo. La publicación de nuestro Índice Mundial también viene a añadirse a las presiones para lograr reformas en un abanico de países. También hemos tenido éxito a la hora de fomentar la sindicalización y los derechos de los trabajadores domésticos y estamos aprovechando el ímpetu logrado gracias al programa “¡Cuente con nosotras!”, que pretende fomentar la representación de las mujeres en los sindicatos y, por lo tanto, en el mercado de trabajo.
Nuestra campaña contra la esclavitud moderna ha tenido repercusión en todo el mundo con el escándalo del sistema kafala en los países del Golfo Pérsico y, en especial, en Qatar de cara al Mundial de Fútbol de 2022. Los gobernantes de Qatar siguen sin respetar los derechos fundamentales en el trabajo, y tampoco lo hace la FIFA, pero ahora hay una presión muy fuerte. Como ejemplo positivo, el Comité Olímpico Internacional ha asumido un liderazgo importante en los derechos de los trabajadores y los eventos deportivos, y ahora las ciudades candidatas a acoger Juegos Olímpicos en el futuro tendrán que demostrar en qué modo van a velar por el respeto de los derechos laborales.
Un logro notable fue el establecimiento en 2014 de nuestra nueva estructura subregional para los Países Árabes, la ATUC. Los sindicatos auténticos y democráticos de la región, donde las violaciones de los derechos de los trabajadores son algo habitual, ahora cuentan con una estructura propia, al tiempo que mantienen su compromiso con las ya existentes Organizaciones Regionales de la CSI para África y Asia y el Pacífico.
A fin de cuentas, nuestro programa sale adelante gracias la labor de nuestras afiliadas, de las FSM y de los sindicalistas de todo el mundo; quisiera aplaudir la dedicación y determinación de muchísimas personas de todos los rincones del mundo en pro de la igualdad y la justicia para los trabajadores.
Ha sido elegida nuevamente Secretaria General de la CSI. ¿Cuáles son sus principales desafíos en este nuevo mandato?
Hemos establecido tres ejes de acción, que surgieron en nuestro Congreso y en la reunión de diciembre de nuestro Consejo:
Las cadenas mundiales de suministro, los salarios mínimos vitales y la formalización del empleo informal, la colaboración con las FSM y las afiliadas para conseguir una legislación decente sobre salarios mínimos y hacer un llamamiento a las marcas mundiales para que tengan presente este asunto;
Eliminar la esclavitud y el trabajo forzoso, en cuyo meollo se sitúa la campaña para acabar con el kafala en Qatar, y conseguir que el Protocolo sobre Trabajo Forzoso de la OIT se torne una realidad en todo el mundo; y
La justicia climática y la transformación industrial, para lo que defenderemos decididamente que de la Cumbre de las Naciones Unidas en París salga un acuerdo vinculante sobre el clima, junto con medidas de transición justas y el respaldo a las negociaciones con los empleadores para dirigirnos hacia una economía baja en carbono, con empleos seguros y decentes.
Las bases que hemos sentado en los dos últimos años en cuanto a los derechos de las mujeres, la migración, los empleos para los jóvenes, los derechos de los trabajadores, el desarrollo y otros asuntos fundamentales serán realzadas a través de nuestro marco estratégico, y también tenemos previsto robustecer nuestra labor en materia de salud y seguridad en el trabajo. Se trata de un programa ambicioso, que puede funcionar con el compromiso y el apoyo de los sindicatos a escalas regional y nacional.
A lo largo de 2015 la controversia con los empleadores acerca del derecho de huelga ocupará un lugar destacado en los debates en la OIT. ¿Qué expectativas tiene en relación con esta discusión?
Resulta asombroso que los empleadores en la OIT quieran anular décadas de jurisprudencia aceptada, y su postura intransigente perjudica a toda la OIT. Si los empleadores siguen poniendo en entredicho la jurisprudencia aceptada de la OIT, habrá que remitir la cuestión a la Corte Internacional de Justicia. Suprimir el derecho de huelga convertiría a todos los trabajadores en esclavos. Seguiremos defendiendo a la OIT, y para ello es crucial defender el derecho de huelga.
La OIT planteará en 2016 un debate sobre las Cadenas Mundiales de Suministro. ¿Cómo prepararán la contribución de los sindicatos a la discusión?
Estamos desplegando sólidos esfuerzos en este sentido. Hoy por hoy, las cadenas de suministro para muchos trabajadores son sinónimo de explotación, de trabajo precario e informal e incluso de trabajo forzoso. Muchos trabajadores acuden a diario a su puesto de trabajo en alguna cadena de suministro y ponen en riesgo sus vidas.
Impulsaremos nuestra labor de investigación, documentación y preparativos políticos de cara a la discusión en la OIT, pero no vamos a esperar hasta 2016 para abordar el asunto. Las cadenas de suministro ocuparán un lugar destacado en nuestras acciones a lo largo de 2015 en el marco de nuestro respaldo a los esfuerzos de los trabajadores para lograr la representación sindical, el trabajo decente, los salarios justos y unas condiciones de trabajo seguras y saludables. En la actualidad, las cadenas de suministro sólo ofrecen salarios míseros a miles de hogares, haciendo que muchas familias vivan por debajo del umbral de la pobreza extrema fijado por las Naciones Unidas. Eso tiene que cambiar y nosotros tenemos la determinación de hacerlo.
Actualidad Laboral / Con información de la OIT