Los efectos sanitarios, económicos y sociales de la pandemia de COVID-19 evidencian la necesidad de un gran reset empresarial en todo el mundo. En este reinicio, los modelos de negocios deberán adaptarse a un entorno volátil e incierto. Aumentará la disrupción en sectores enteros y se profundizará en las nuevas formas de trabajo y consumo remoto, con sus implicaciones tecnológicas y geográficas para las empresas y la sociedad en general. Con el fin de contribuir a la reflexión y la búsqueda de soluciones colectivas, recientemente EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey publicó su Decálogo para la Refundación Económica-Empresarial de México, donde se pueden encontrar cuatro propuestas clave para que las empresas se transformen y adapten a este nuevo escenario:


1- Desarrollar un modelo más consciente de hacer empresa


Antes de la pandemia, el mundo ya estaba inmerso en una profunda crisis medioambiental y social que, progresivamente, estaba socavando la confianza de la ciudadanía en la globalización; en la democracia y en un modelo empresarial que priorizaba el beneficio para el accionista, por encima de cualquier otro objetivo. Si bien este modelo generó prosperidad, crecimiento y oportunidades, es urgente que se establezca un nuevo paradigma que promueva prácticas empresariales y estrategias de negocio, que incorporen el consumo y producción responsable y sostenible; y su participación en emprendimiento e innovación social. En definitiva, una visión consciente de hacer empresa.


2- Situar al ecosistema emprendedor como eje de la recuperación


Con un ambiente deprimido en mercados e industrias, y una fuerte caída en la disponibilidad de capital de riesgo y en la inversión exterior; es vital apoyar y facilitar el sostenimiento de las empresas actuales, y el establecimiento de nuevas, a través del desarrollo de fondos de gobierno emparejados a fondos privados. Se debe permitir a empresarios, emprendedores y nuevas empresas acceder a créditos, donde factores como la generación de empleo potencial y la garantía líquida sea suficiente.


En el largo plazo, será indispensable consolidar un ecosistema de emprendimiento e innovación en el que participe la iniciativa privada, universidades y centros de investigación como polos de atracción de talento. Asimismo, será importante que los diferentes actores entiendan que el talento es altamente móvil, por lo que tendrán que crear oportunidades dinámicas, inclusivas, y sustentables que lo atraigan.


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3- Apalancar la recuperación económica en la sostenibilidad y la innovación


A partir de ahora, asegurar un desarrollo sostenible no se puede postergar, por lo que las empresas deben establecer metas alineadas a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por la Organización de Naciones Unidas (ONU). De esta forma, podrán abrirse grandes oportunidades para elevar sus metas de sostenibilidad, crear nuevos modelos de negocio basados en la economía circular y tecnologías disruptivas. Para así, mejorar su reputación y el valor compartido que le ofrecen a la sociedad.


4- Forjar un liderazgo colaborativo y transparente 


La emergencia sanitaria ha puesto de manifiesto una alarmante falta de liderazgo en la sociedad. Un liderazgo confuso y plagado de errores, ha supuesto un alto costo en vidas humanas y recursos. A raíz de esta situación, algunas instituciones o empresas sufren una creciente falta de credibilidad, que dificulta la gestión de la crisis.  Por tanto, y en colaboración con la sociedad civil, el sector privado requiere líderes con visión global, humana y emprendedora para liderar su vuelta al crecimiento y a la prosperidad. Estos líderes, a diferencia del pasado, deben priorizar la colaboración con otras compañías, universidades y distintos organismos, y ser completamente transparentes en sus prácticas y operaciones.




Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur