Tate Buhrmester ha trabajado 15 años en Starbucks, y es uno de los empleados que se ha beneficiado de las políticas progresistas de la compañía. Su transición total de mujer a hombre fue posible gracias al seguro médico, que obtiene por trabajar en esta empresa, donde es gerente en una cafetería de Austin, Texas. La historia de vida de Buhrmester se narra a detalle en un comunicado difundido el 25 de junio, donde la compañía originaria de Seattle anunció su decisión de ampliar la cobertura médica para sus "aliados" transgénero.
El seguro de Starbucks en Estados Unidos ya cubría las cirugías de reasignación de género desde 2012, pero ahora ha incluido, además, otros procedimientos que antes eran considerados cosméticos y por lo tanto, no se cubrían. Por ejemplo, la cirugía de reducción o aumento de senos, los transplantes de pelo y la terapia de voz.
Aunque ya existen varias compañías en Estados Unidos, cuyos seguros contemplan servicios médicos para las personas transgénero, Starbucks es la primera que extiende la cobertura de esta forma. Para lograrlo, trabajó mano a mano con la Asociación Mundial para la Salud Transgénero (WPATH, por sus siglas en inglés). Ron Crawford, el vicepresidente de Starbucks, explica que la decisión surgió "del deseo de la compañía para ofrecer una cobertura realmente incluyente; y a partir de conversaciones profundas con algunos de nuestros aliados transgénero sobre, cómo estos beneficios les permitirán convertirse en quienes realmente son".
El comunicado de Starbucks cita un informe publicado en 2014 por la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio y el Instituto Williams, donde se encontró que 41% de los 6,500 adultos transgénero que respondieron a una encuesta en Estados Unidos, había intentado suicidarse al menos una vez. Esa cifra contrasta con el 4.6% de la población general que ha atentado contra su vida. Los autores del documento sostienen que una de las razones de este alto porcentaje de intentos de suicidio, en las personas transgénero, puede deberse al estrés relacionado con las barreras –económicas o de otro tipo– para hacer su transición.
Tate Buhrmester, de 33 años, considera que "Starbucks está dando un gran paso hacia la defensa de las personas trans, al decir que estos procedimientos no son solo cosméticos: son salvavidas. Sirven para reafirmarse. Son de vital importancia para las personas trans, no son opcionales".
Actualidad Laboral / Con información de Eldiario.es