27-01-2015
Una ley que recortaba los derechos laborales para las personas de entre 18 y 24 años y que tenía una fuerte resistencia popular fue derogada por el Congreso del Perú con 91 votos a favor, 18 en contra y cinco abstenciones.

La ley fue derogada en momentos en que miles de jóvenes se concentraban en calles céntricas de Lima para manifestarse contra una posible ratificación de la norma, que según las últimas encuestas era rechazada por más de un 70 por ciento de la población.

“No podemos ocultar nuestra alegría por el triunfo de una causa liderada por los jóvenes y a la que se unió la mayor parte del país”, dijo un portavoz de los jóvenes que convirtieron en fiesta lo que en comienzo había sido convocada como una protesta.

La derogación significó un duro golpe político para el gobierno de Ollanta Humala, que se quedó solo en la defensa de una ley de la que los críticos aseguraban que era una imposición de los grandes gremios empresariales.

Aunque agrupaciones de derechas habían defendido inicialmente la ley, tanto estas como las de centro se unieron a las de izquierda para derrotar en forma apabullante a la propuesta gubernamental, que ni siquiera fue respaldada por la totalidad de los miembros de Gana Perú, la bancada oficialista.

El gobierno había promulgado la ley con el argumento de que recortar los derechos de los trabajadores más jóvenes serviría para que estos, que en la práctica están en gran número contratados ilegalmente y con escasas prerrogativas, fueran incluidos en las nóminas.

Los críticos consideraban que si los informales ya violan la ley lo seguirían haciendo, pues hasta ahora gozan de impunidad, por lo que los supuestos beneficiarios reales serían las grandes empresas que verían reducir sus costos laborales.

Los jóvenes realizaron desde diciembre cinco movilizaciones masivas en Lima, que están entre las más grandes desde que cayó el gobierno de Alberto Fujimori en 2000, lo que hizo que potenciales aliados de la medida fueran retrocediendo por supuesto cálculo político.

Humala, empero, se mostró como acérrimo defensor de la ley y acusó de “traidores” a quienes se le oponían. En una maniobra, el mandatario convocó para hoy una sesión extraordinaria del Congreso, que está en receso, debido a que todo indicaba que el próximo miércoles el Consejo Permanente, que reemplaza al pleno en esos casos, se inclinaría por la derogación.

Eso solo sirvió para que la votación resultara aún más apabullante. Además, los jóvenes, que tenían prevista su manifestación para el miércoles la anticiparon para hoy, lo que dejó sentir de todas maneras la presión popular.

La disposición derogada limitaba a una semana las vacaciones anuales a los trabajadores de entre 18 y 24 años, y les quitaba una serie de ingresos extras que por ley tienen todos los asalariados de planilla.

Todo indicaba que el debate se extendería por al menos 12 horas, pero la evidente mayoría de los partidarios de derogar hizo que éstos pidieran que se suspendiera el debate tras unas cuatro horas y se pasara de una vez a la votación.

Actualidad Laboral / Con información de elpais.cr