Los desafíos que enfrenta la juventud panameña en términos laborales como consecuencia de la pandemia son diversos y preocupantes. Según la Evaluación de conductas relacionadas a salud y alimentación en adultos durante la pandemia, realizada por la Caja de Seguro Social, el Ministerio de Salud, Indicasat, el Hospital Panamá Pacífico y el Cieps, 31,8% de las personas encuestadas entre 20 y 29 años reportaron estar desempleadas en el período de julio a octubre de 2020.
El Gobierno de Panamá empezó una escalada de apertura el 7 de septiembre para reactivar la economía, pero a la fecha el repunte de la covid-19 y las acciones a tomar mantienen la economía contraída. Los resultados presentados son unos de los primeros indicadores con los que se cuenta en Panamá para comenzar a entender el efecto que enfrenta la juventud panameña con respecto al mercado laboral durante la pandemia.
La evidencia de contracciones económicas en el pasado, tanto en Panamá como en otros países, indica que las personas más jóvenes no solo suelen ser los más impactados por la reducción en empleos durante una crisis, sino que también tienden a enfrentar las secuelas de esta por el resto de su vida laboral.
Aunque los datos no son metodológicamente comparables, se debe resaltar que en agosto de 2019 la tasa de desempleo de este mismo grupo etario fue de un 28.5% según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC). Igualmente, en mayo 2020, el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral reportó 213,390 contratos suspendidos, y la edad promedio de las personas en esta situación era de menos de 30 años.
La Cepal y OIT advierten que el mercado laboral de América Latina y el Caribe tendrá una lenta recuperación tras la pandemia de la covid-19, según se informó el pasado 10 de noviembre. Con respecto al empleo de los jóvenes durante la crisis de la covid-19, la pandemia ha afectado fuertemente el empleo de los jóvenes entre 15 y 24 años, impactando particularmente a los que se incorporan al mercado laboral por primera vez.
Según datos disponibles de cuatro países de la región, la caída en el empleo para las personas en este rango de edad fue de -7.8 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre de 2019, mientras que para los mayores de 25 años fue de -7.3 puntos porcentuales. Asimismo, el aumento en la tasa de desocupación de los jóvenes en el segundo trimestre de 2020 fue mayor que para los adultos (3.4 versus 1.8 puntos porcentuales), a pesar de la mayor caída en la tasa de participación (-8,7 versus -6,8 puntos porcentuales).El efecto de la crisis es mayor entre los jóvenes debido a la menor disponibilidad de vacantes para los primeros empleos (menos incorporaciones) y la menor renovación de contratos temporales y de períodos de prueba (más desvinculaciones), indican Cepal y OIT.
La menor probabilidad de conseguir empleo desalienta su búsqueda, aumentando número de jóvenes inactivos que no buscan un empleo ni tampoco estudian.“Estos largos períodos de inactividad dejan cicatrices en la trayectoria laboral: más informalidad y mayor exclusión en el mercado laboral a futuro”, advierte el informe. Javier Staziola, especialista en economía cultural, desarrollo económico y economía pública, considera que la situación debería incentivar al sector público a aplicar medidas de intervención activas que ayuden a los jóvenes a seguir estudiando”.
Según Staziola, esto requiere ir más allá de brindar una educación formal o capacitaciones gratuitas, reconociendo que el costo de oportunidad de asistir a centros de enseñanza va a incrementar debido al aumento en el número de personas en cada familia con situaciones de alta vulnerabilidad económica.
Esto requiere de bonos educativos que cubran el costo de la canasta básica de alimentos, transporte y gastos de estudios, para así reducir la posibilidad de que los jóvenes dejen o reduzcan sus horas de estudios. En los primeros seis meses de 2020, el producto interno bruto de Panamá (PIB) se contrajo un -18,9%, a causa de la crisis sanitaria provocada por el virus SARS-CoV-2, al compararlo con el mismo periodo del año pasado.
La economía del país, una de las más estables de la región latinoamericana, se ha visto afectada principalmente por la caída del sector de la construcción privada, que aporta el 17% del PIB y genera cerca de 200 mil empleos, y que ha estado paralizada por las medidas de restricciones impuestas para reducir el contagio de la enfermedad covid-19.
El impacto en las actividades de los hoteles, restaurantes y el transporte aéreo, que estuvieron al 0% durante el pasado semestre, también incidió en la contracción de la economía. Estos son exactamente los sectores que atraen a una gran proporción de personas jóvenes y sin estudios universitarios. Sumado a eso, la Encuesta Nacional de Salud de Panamá, establece que de los 3 millones de personas de 15 años y más residentes en el país, tres de cada 10 declararon tener un trabajo remunerado y en tanto, cerca de 7 de cada 10 dijeron no tenerlo, con diferencias significativas entre ambas categorías. Con el trabajo remunerado hubo diferencias significativas hombres-mujeres y con respecto al país toda vez que aproximadamente 4 de cada 10 hombres declararon tener trabajo remunerado frente a cerca de 1 de cada 5 mujeres.
Actualidad Laboral / Con información de Estrategia y Negocios