07-02-2023
El empleo se ha recuperado en América Latina desde la crisis económica detonada por la covid-19, informó el martes la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su reporte anual. La tasa de desocupación, que representa la proporción de
la fuerza de trabajo que se encuentra desocupada, bajó al 7,2% a final del año pasado. Durante el primer trimestre de 2020, cuando estalló la pandemia por el coronavirus, ese dato se situaba en un 9%.
La disminución del desempleo “es una noticia positiva, en especial tras la crisis de grandes dimensiones que provocó la pandemia”, dijo la directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Claudia Coenjaerts; en un comunicado de prensa publicado el martes. Sin embargo, la alta informalidad y pobreza laboral, siguen lastrando los mercados de trabajo en la región. Además, la recuperación no fue homogénea. En 9 de 15 países, la tasa de ocupación a finales del año pasado fue inferior a la registrado tres años antes; mientras que solo en 2 de 15 países, la tasa de participación laboral superaba niveles prepandemia.
“Los mercados de trabajo de la región están bajo la influencia de una conjunción de múltiples crisis interconectadas″, dijo Coenjaerts en conferencia de prensa virtual. Como son “la persistencia de la pandemia por covid-19 en algunos países, la guerra por la invasión de Rusia-Ucrania y un contexto económico caracterizado por crecimiento lento y alta inflación”. La OIT considera que
el escaso dinamismo de la economía global, pronosticado para este año, afectará negativamente la generación de nuevos empleos.
El informe asegura que la recuperación del empleo en 2022, fue más intensa entre mujeres que entre hombres, y entre jóvenes que entre los adultos; dos grupos que fueron los más afectados en materia laboral por la pandemia. “Por otra parte, las brechas estructurales por género y por edad, siguen presentes en los mercados laborales”, dijo la OIT en su comunicado.
A pesar de los avances,
persiste en la región una alta informalidad, destacó Coenjaerts. “El fenómeno del trabajador pobre significa que las personas pueden vivir en situación de pobreza, aún teniendo un empleo, incluso un empleo formal”, afirmó la directora.
La OIT registró un incremento en el porcentaje de trabajadores pobres. De acuerdo con el informe, la incidencia de la pobreza laboral aumentó en la mayoría, de los diez países considerados en esta parte del estudio con respecto a 2019. En algunos casos, incluso, los niveles superan los registrados un decenio atrás, en 2012. Esto tiene que ver con la informalidad, explicó Coenjaerts, ya que los trabajadores informales tienen entre tres y cuatro veces, más altas probabilidades de ser pobres que los trabajadores formales.
“Además de la informalidad, los países de la región deberán enfrentar las consecuencias de un periodo de alta inflación y pérdida de valor de los salarios reales; los que constituyen la principal fuente de ingresos de las familias latinoamericanas y caribeñas”, apuntó Coenjaerts.
En esta región, el 80% de los ingresos provienen del trabajo.
“La recuperación de los ingresos reales del trabajo ha ido dificultando desde 2021. Porque la inflación tiene un impacto negativo, sobre el poder adquisitivo de los salarios. En 9 de 17 países de la región, el valor real del salario mínimo en el segundo semestre de 2022, era inferior al valor que tenía en el primer semestre de 2019. Con una muy alta correlación entre informalidad, bajos ingresos y pobreza laboral”, dijo Coenjaerts.
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Actualidad Laboral / Con información de El País