17-09-2018

Nouriel Roubini vuelve a la carga justo diez años después de la última crisis financiera. El economista, también conocido como Doctor Catástrofe, fue uno de los pocos que vio venir el estallido de la crisis financiera de 2008. Ahora pronostica que en 2020 se darán las condiciones necesarias para una nueva crisis financiera, seguida de una nueva recesión económica.


La primera causa que desatará esta situación está en la política fiscal aplicada por Donald Trump. Gracias a ella, "la economía de EEUU crece por encima de su nivel potencial", indica el experto. "En 2020 el estímulo se agotará", y el crecimiento económico sufrirá un frenazo.


En segundo lugar, para Roubini, la economía de EE.UU. se está "sobrecalentando" y la inflación se situará por encima del objetivo de la Fed. "La Reserva Federal de los Estados Unidos seguirá subiendo la tasa de referencia desde el 1,75%- 2% actual a por lo menos 3,5% en 2020", provocando tensiones en los intereses a corto y largo plazo en la deuda y también en el dólar.


"Esto implica que los otros grandes bancos centrales seguirán a la Reserva Federal en la normalización de la política monetaria, lo que reducirá la liquidez global y generará presión alcista sobre los tipos de interés", indica.


En tercer lugar, es casi seguro que las disputas comerciales del gobierno de Trump con China, Europa, México, Canadá y otros países se agravarán, lo que llevará a menos crecimiento y más inflación.


En cuarto lugar, hay otras políticas de Estados Unidos que seguirán añadiendo presión estanflacionaria y obligarán a la Reserva Federal a subir todavía más los tipos de interés como la restricción de los flujos de tecnología e inversiones desde y hacia Estados Unidos, los límites a la inmigración que se necesita para mantener el crecimiento conforme la población estadounidense envejece; el desaliento de inversiones en economía verde; y la falta de una política de infraestructura que permita resolver restricciones de la oferta.


En quinto lugar, es probable que el crecimiento en el resto del mundo se desacelere, sobre todo cuando otros países consideren adecuado tomar represalias contra el proteccionismo estadounidense. "China debe frenar el crecimiento para hacer frente a su exceso de capacidad y de apalancamiento, o se producirá un aterrizaje forzoso; además, los mercados emergentes, que ya están en situación frágil, seguirán padeciendo el proteccionismo y el endurecimiento monetario en Estados Unidos", comenta.


En sexto lugar, el crecimiento en Europa también será más lento, debido al ajuste de la política monetaria y a fricciones comerciales. Además, políticas populistas en países como Italia pueden llevar a una dinámica de deuda insostenible en la eurozona.


En séptimo lugar, en las bolsas de Estados Unidos y del mundo sigue la efervescencia. "Los ratios precio/ganancias en Estados Unidos están un 50% por encima de la media histórica, el capital privado está excesivamente sobrevaluado, y los bonos públicos también están demasiado caros en vista de sus bajos rendimientos y primas a plazo negativas", señala. Y el crédito de alto rendimiento también se está volviendo cada vez más caro ahora que la tasa de apalancamiento corporativo en Estados Unidos alcanzó máximos históricos.


En octavo lugar, "una vez producida una corrección, habrá más riesgo de iliquidez y ventas a precio de derribo", y por tanto, de colapso de los mercados financieros.


El experto cree que Trump puede terminar llevando a EEUU a un enfrentamiento militar con Irán


En noveno lugar, "hace poco Trump atacó a la Reserva Federal con una tasa de crecimiento del 4%, ¿qué no hará en el año electoral 2020, cuando es probable que el crecimiento haya caído por debajo de 1% y aparezcan las pérdidas de empleo?, se pregunta Roubini. El experto cree que Trump puede terminar llevando a EEUU a un enfrentamiento militar con Irán.


La décima razón es la "tormenta perfecta" desatada y la escasez de herramientas para pararla. "Los abultados balances de los bancos centrales y la falta de espacio para bajar los tipos de interés reducirán la posibilidad de seguir aplicando políticas monetarias no convencionales", señala.


Según Roubini, "a diferencia de 2008, cuando los gobiernos tenían las herramientas necesarias para evitar un derrumbe descontrolado, a la hora de enfrentar la próxima desaceleración las autoridades tendrán las manos atadas, con un endeudamiento general superior al de la crisis anterior, cuando se produzca, la siguiente crisis y recesión puede ser incluso más grave y prolongada que la anterior".


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