Según un nuevo informe sobre diversidad e inclusión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una de cada cuatro personas no se siente valorizada en el trabajo y, aquellos que sí se sienten incluidos, ocupan cargos más altos.
Elevados niveles de igualdad, diversidad e inclusión están asociados a una mayor innovación, productividad y rendimiento, atracción y retención de talentos, y al bienestar del personal. Sin embargo, la encuesta realizada para el estudio constató que sólo la mitad de los encuestados manifestó que la diversidad y la inclusión estaban lo suficientemente identificadas y disponían de recursos suficientes en la cultura y estrategia de sus lugares de trabajo. Actualmente, sólo una tercera parte de las empresas mide la inclusión, a pesar de que hacerlo es fundamental para avanzar en este sentido.
Los estudios anteriores sobre diversidad e inclusión han tendido a concentrarse en las grandes empresas, con frecuencia multinacionales, en países occidentales de altos ingresos. El nuevo informe Transformar las empresas a través de la diversidad y la inclusión, se centra en empresas de todas las dimensiones en economías de ingresos medios-bajos y economías de ingresos medios-altos y recopila información de una mezcla diversa de miembros del personal, directivos y alto ejecutivos. Además, refleja variedad en edad, género, orientación sexual, grupos étnicos/raciales/religiosos, personas con discapacidad y las que viven con el VIH.
El estudio muestra que la percepción de inclusión en el lugar de trabajo tiende a estar más asociada con la antigüedad en el cargo que con los antecedentes personales o con características como la edad, el género, o la etnicidad/raza/religión. 92 por ciento del personal directivo declaró que se sentía incluido y que la diversidad era respetada y valorizada en el trabajo, frente a 76 por ciento de los encuestados de un nivel inferior. También es más probable que la fuerza de trabajo en las empresas medianas, grandes o multinacionales tenga una percepción más positiva de la inclusión que los trabajadores de las empresas nacionales pequeñas.
La diversidad y la inclusión desempeñan un “papel decisivo… en el rendimiento de la fuerza de trabajo, las empresas, las economías y las sociedades en todo el mundo”, señala el informe. “Si la inclusión sigue siendo un privilegio que experimentan sólo aquellos en los niveles directivos, las empresas corren el peligro de no aprovechar sus importantes beneficios”.
Sólo una cuarta parte de los encuestados declaró que las mujeres constituían una proporción importante (40-60 por ciento) de la alta dirección, y una tercera parte dijo que no había personas con discapacidad en cargos directivos. Algunos grupos minoritarios también informaron tener cada vez menos experiencias positivas en lo que refiere a la inclusión, y estos grupos además tienden a estar concentrados en los niveles subalternos.
“La pandemia de COVID-19 reveló y exacerbó las desigualdades existentes en nuestras economías y sociedades. Un lugar de trabajo equitativo, diverso e inclusivo es un motor clave de la resiliencia y la recuperación”, declaró Manuela Tomei, Directora del Departamento Condiciones del Trabajo e Igualdad de la OIT.
La información del estudio fue recopilada entre julio y septiembre 2021, durante la pandemia de COVID-19, entre más de 12.000 empleados en 75 países de cinco regiones del mundo. Dos terceras partes de los encuestados informaron que desde el inicio de la crisis, el nivel de interés y acción hacia la diversidad e inclusión en sus lugares de trabajo habían incrementado. Un porcentaje similar dijo que la pandemia aumentó sus expectativas de que los empleadores intensificaran la promoción de la diversidad y la inclusión.
El informe sostiene que el modo más eficaz de influir en un número mayor de empresas para crear un cambio transformacional es combinar el argumento económico de la diversidad y la inclusión con políticas y marcos jurídicos, y valores empresariales solidarios.
Señala además cuatro principios clave para alcanzar un cambio transformacional y sostenible que pueden ser aplicados a nivel mundial y en todos los grupos y niveles de la fuerza de trabajo: la diversidad y la inclusión deben ser una prioridad y formar parte de la estrategia y la cultura; la diversidad debe estar presente en el equipo de dirección; los directores y el personal deben ser responsables de sus actos en cuanto ejemplos a seguir; y las acciones deben ser aplicadas a lo largo de todo el proceso de empleo, desde la contratación, la retención y el desarrollo del personal.
“La OIT trabaja con los mandantes a fin de mejorar los niveles de inclusión y diversidad en los lugares de trabajo”, declaró Deborah France-Massin, Directora de la Oficina de Actividades para los Empleadores de la OIT. “Los empleados necesitan sentirse valorizados, respetados, tratados con justicia y capacitados a través de prácticas empresariales inclusivas, una cultura organizacional inclusiva y un liderazgo inclusivo. Este es el enfoque transformacional de la diversidad y la inclusión que contribuye de manera significativa al rendimiento empresarial en general”.
El nuevo informe de la OIT define “inclusión” como la experiencia que las personas viven en el lugar de trabajo y la medida en la cual se sienten valoradas por lo que son, las competencias y la experiencia que aportan, y si experimentan un fuerte sentido de pertenencia con otros en el trabajo.
El informe de la OIT fue realizado a partir de datos recopilados por la Oficina de Actividades para los Empleadores (ACT/EMP) y el Servicio de Género, Igualdad, Diversidad e Inclusión (GEDI) de la OIT, en colaboración con organizaciones de empleadores, asociaciones de empresas y redes sobre diversidad.