La pregunta puede surgir en una entrevista de trabajo –incluso resulta determinante para conseguir el puesto–, si estás estudiando una carrera y descubres que te has equivocado, o si buscas un empleo o persigues un cambio profesional definitivo y rompedor: ¿Dónde te ves trabajando dentro de cinco años? Predecir qué harás, en qué sector o en qué profesión trabajarás resulta muy difícil de planificar y adivinar en el entorno laboral de hoy.

Es evidente que la incertidumbre y las dudas acerca de tu carrera profesional en el próximo lustro tienen consecuencias en tu vida profesional. Y también lo es que estar seguro de lo que harás dentro de cinco años –si es que esto resulta posible– es una ventaja competitiva clara en el mundo laboral en el que vivimos.

Encarna Maroño, directora de recursos humanos de Grupo Adecco, asegura que "conocer ese futuro es una ventaja, porque de este modo desarrollamos nuevos conocimientos y competencias encaminados a acercarnos donde queremos llegar. Si esto lo trabajamos de manera consciente, podremos conseguirlo en el futuro". En todo caso, Maroño añade que "no sabemos cómo van a cambiar las posiciones ni cuáles serán éstas. Las empresas adecuan sus necesidades cada día para ser competitivas y, por tanto, los empleados deben ser también muy flexibles, formarse y cambiar".

José Manuel Casado, socio fundador de 2C Consulting, coincide en la velocidad de las transformaciones en el mercado de trabajo y en la dificultad para predecir qué va a pasar en un entorno global, virtual y cada vez más complejo: "El mundo se convierte en un 'gran pueblo', con factores que influyen como la tecnología, la globalización, los cambios sociales, la demografía o la longevidad, que implican oportunidades pero también amenazas (hay que tener en cuenta, por ejemplo, que la generación Z vivirá más de 100 años)".

Casado cree que "lo importante será encontrar un trabajo que nos entusiasme, y esto cambiará nuestra forma de ver la vida y el mundo laboral: tenderemos cada vez más a crear nuestra propia empresa, a trabajar fuera de nuestro entorno local; y estudiar-trabajar-retirarse ya no será la secuencia normal, porque intercalaremos épocas de ocupación con otras de menos empleo. También habrá que tener en cuenta nuevas fórmulas de trabajo flexible, freelance, economía bajo demanda y colaborativa que permitirá a los profesionales buscar nuevas oportunidades".

Para Marcos Urarte, socio de Pharos, resolver dónde estaremos trabajando en cinco años es también una incógnita de difícil solución: "Posiblemente no estemos en la misma actividad, y nuestro modelo de relación con la empresa será también distinto". Cree que en el mercado laboral se está produciendo la misma bipolarización que en los mercados de productos y servicios: "Había tres tipos de profesionales, los que aportan alto valor a las organizaciones; los que aportan valor medio; y los profesionales low cost. Desaparecen los profesionales de valor medio, y esto significa que, o bien incrementamos nuestro valor percibido en el mercado o estaremos en un mercado de salarios muy bajos".

Maroño cree que la clave para los profesionales es "que traten de ver dónde quieren estar y por qué". Asegura que un plan de carrera ayudará en el desarrollo profesional futuro, igual que la búsqueda de información –preguntar más–, porque en el camino es posible encontrar otras profesiones o puestos. Además de esto, es necesario conocer nuestros puntos débiles, y qué busca exactamente el mercado". Marcos Urarte coincide en que "lo más importante para enfrentarnos al futuro es saber para lo que servimos y sobre todo para lo que no. Lo primero, puede ser discutible, lo segundo, no". Además, considera útil preguntarse cuánto valemos en el mercado: "Hay dos tipos de personas, las que tienen una clara vocación de lo que les gustaría hacer en su vida profesional y las que no. Para las primeras es muy fácil decidir en qué les gustaría trabajar".

El experto concluye que quienes trabajan en su vocación deberían plantearse si su profesión tiene futuro o va a desaparecer; si el mercado va a necesitar los mismos profesionales; o si son verdaderas "estrellas" en lo suyo... En función de estas respuestas, posiblemente haya que cambiar de vocación y buscar el desarrollo personal en otra actividad. Además, nuestros puntos fuertes o competencias diferenciales nos permiten dedicarnos a distintas profesiones y nos hacen más felices. Si potenciamos estas fortalezas e identificamos en qué sectores, empresas y profesiones son más necesarias, posiblemente tengamos asegurado nuestro éxito profesional.

Actualidad Laboral / Con información de Expansión