El gigante americano de capital riesgo KKR dijo recientemente estar interesado en invertir en España "porque la gente ya no se echa la siesta". Una noticia sin duda positiva, pero basada en un argumento equivocado, pues la neurociencia moderna afirma que descansar bien, incluso durante el día, es fundamental para un buen rendimiento.
Los estudios sobre la neuroplasticidad (la capacidad del cerebro de adaptarse) han evolucionado mucho en los últimos años, y hoy se sabe, por ejemplo, que el número de neuronas y su actividad se puede incrementar, a cualquier edad, mediante ciertos ejercicios y estímulos, y por supuesto mediante una vida saludable y una buena calidad del sueño. "Mientras dormimos, nuestro cerebro procesa la información que hemos vivido durante el día y elimina los tóxicos. Es un proceso de limpieza y organización", sostiene Marta Romo, fundadora de Neuroclick, un centro de entrenamiento cerebral para niños y adultos, socia directora de Be-up y autora del libro Entrena tu cerebro (Editorial Alienta, 2014).
Así como el cuidado de la alimentación y el ejercicio físico están ahora muy en boga, se espera que en los próximos años el brain fitness se convierta en algo extendido entre la sociedad. En EEUU, el gimnasio cerebral Lumosity tiene ya 60 millones de usuarios registrados, la mayoría baby boomers, aunque el colectivo que más crece es el de mediana edad: profesionales que buscan mejorar sus capacidades cognitivas, como la memoria, la atención, la agilidad mental, la gestión de las emociones o la capacidad de tomar decisiones. "Si el cerebro es un músculo, ¿por qué no se va a poder entrenar?", se pregunta la neurociencia.
Coeficiente intelectual
Se puede, y de hecho entrenarlo puede tener efectos muy positivos en tu trayectoria profesional. El español Álvaro Fernández Ibáñez dirige SharpBrains, una empresa estadounidense que investiga cómo mejorar la salud, la educación y la formación a través de la ciencia del cerebro y la innovación, y es coautor de Cómo invertir en su cerebro, publicado en castellano el pasado febrero. "No hay que esperar a tener un problema médico para cuidar tu cerebro. Cuanto más lo ejercites, más rendirás en el trabajo, mejorarás tu estado de ánimo y ayudarás a prevenir enfermedades", explica Fernández Ibáñez.
"A través de determinados ejercicios, puedes mejorar incluso tu coeficiente intelectual", revela este experto, aunque, en su opinión, "esto no es un factor determinante para prosperar en lo profesional. A partir de un coeficiente medio, es más determinante trabajar sobre aspectos concretos como la inteligencia emocional (cómo gestionar las emociones) o la inteligencia ejecutiva (cómo integrar la lógica en la toma de decisiones)".
Una de las prácticas más recomendadas es la meditación, entendida como un tiempo que te tomas para no pensar en nada, simplemente concentrarte en tu respiración. "Entender cómo regular el estrés es clave, y la meditación es una solución muy efectiva", asegura Fernández Ibáñez. Marta Romo va un paso más allá y extiende el concepto de 'desconectar' a la cabezadita de después de comer o al soñar despierto, como un ejercicio para relajarse y para potenciar tu creatividad.
La salud es lo primero
Ahora bien, ¿es esto compatible con el ritmo frenético de la sociedad actual? ¿Cómo encontrar el momento para cocinar comida saludable, hacer ejercicio físico, dormir más de 6 horas y media diarias, meditar, soñar despiertos y hacer ejercicios de brain fitness? "Se trata de priorizar. Tenemos que tener claros nuestros valores y poner límites a la multitarea", propone Romo.
"Conciliar el sueño cuando estás sometido a mucho estrés puede ser difícil. Y si no duermes bien, no rindes. Por eso, lo primero es aprender a regular esas emociones. Sólo así podrás mejorar tu desarrollo personal y profesional, que están íntimamente relacionados", insiste Fernández Ibáñez.
Hábitos para una vida laboral más próspera
* El ejercicio aeróbico mejora funciones cerebrales como la planificación, la inhibición y los cambios de tareas. Para que resulte eficaz, el ejercicio no debe ser agotador, pero sí elevar tu ritmo cardiaco y aumentar la frecuencia respiratoria.
* La dieta mediterráneo, con alto consumo de verduras, frutas y cereales, consumo moderado de pescado y alcohol, y bajo consumo de productos lácteos y carne ayuda a reducir los riesgos del deterioro cognitivo y Alzheimer.
* Hacer ejercicios mentales diversos que supongan un desafío novedoso también ayuda. Existen 'gimnasios cerebrales' online como Unobrain donde puedes entrenar la memoria, la atención o la capacidad ejecutiva. Por otra parte, las profesiones más creativas y dinámicas reducen el riesgo a padecer enfermedades como el Alzheimer.
* La interacción social contribuye a aumentar la reserva cerebral y a reducir los niveles de estrés.
* El manejo activo del estrés se puede lograr a través de hábitos de vida como el ejercicio o el humor y de técnicas que desarrollen nuestra capacidad de adaptación, como la meditación.
* La única actividad de ocio que ha sido asociada con una disminución de la función cognitiva es ver la televisión. Las actividades pasivas, rutinarias, no desafían al cerebro.
Actualidad Laboral / Con información de Expansión