Desde que el presidente Nicolás Maduro decretara una aumento del salario mínimo y del bono de alimentación, el pasado 17 de agosto a esta fecha, el retroceso en el poder de compra del SMI ha sido importante y se explica por las altas tasas de inflación que se han experimentado en tan poco tiempo. Así lo indica el nuevo informe de la firma consultora Econométrica.
Explica el documento que “el poder de compra del salario mínimo integral del venezolano ha tenido una tendencia a la baja en los últimos años. Por este motivo, el Ejecutivo, en un intento forzado para darle cierto respiro al salario real, ha decretado incrementos nominales en reiteradas ocasiones. No obstante, en los últimos años ha optado por decretar un mayor número de transferencias directas mediante el Carnet de la Patria y subsidios en especies, como la caja de alimentos CLAP. Estas medidas tienen un importante impacto en la inflación, ya que dichos aumentos son financiados creando dinero”.
La tendencia decreciente del salario mínimo integral, solo tuvo una excepción en los primeros quince días de septiembre, cuando el aumento del SMI tuvo un impacto positivo en el poder de compra del venezolano, incrementándose en casi 2.000% en términos reales. Esto se debió a que el salario mínimo mensual creció en más de 3.500% y el bono de alimentación en 720%.
Pero según el estudio de Econométrica, el efecto positivo fue transitorio, y ya a partir de la segunda quincena de septiembre comenzó a desplomarse, producto de la alta variación en los precios de esa segunda mitad del mes (89%), cuando el poder de compra disminuyó en 47% solamente en dos semanas. “En otras palabras –explican- en la segunda quincena del mes solo se compraba 53% de lo que se podía adquirir con el mismo ingreso durante la primera quincena del mismo mes”.
Dice el documento que esta tendencia continuó su trayectoria hasta los últimos quince días de octubre, sin ningún síntoma de mejora. Los altos niveles de inflación siguieron diluyendo el ingreso mínimo real de los agentes económicos. A pesar de esto, el SMI real aún tiene mayor poder de compra que en agosto.
Por otra parte, esto no ocurrió con el ingreso total real comprendido por el SMI, las transferencias directas y los subsidios en especie. El comportamiento en las primeras tres quincenas analizadas fue similar al del SMI real. Esto se debe a que, junto al incremento del SMI mencionado, hubo un aumento significativo de las transferencias vía Carnet de la Patria, indica Econométrica.
Los bonos aumentaron individualmente en más de 850% en septiembre, especialmente el bono que percibe la mayor parte de los beneficiarios, “Hogares de la Patria”, el cual fue el que tuvo mayor incremento (1.627%). Sin embargo, el ingreso total real comenzó a desplomarse de manera más prolongada en el último tramo del lapso estudiado. Podría pensarse que el poder de compra de un venezolano promedio deberá ser más alto cuando se incluyen en el cálculo las transferencias y la caja CLAP, pero, en octubre, no fue el caso.
Las tasas de crecimiento de las transferencias presentaron una disminución con respecto a septiembre de 4%, desviándose de la tendencia de los últimos meses, lo que llevó a una caída importante del ingreso total real en mayor proporción que el SMI real; es decir, el SMI tenía mayor poder adquisitivo o de compra que el ingreso total real. Ni siquiera decretando bonos y caja CLAP el ingreso real se recupera; por el contrario, cae con mayor fuerza. La razón es que estas medidas pueden tener un efecto contractivo en la economía, lo que provoca mayores presiones a la hiperinflación y al deterioro económico que siente la gente, ya que el gobierno tiene que recurrir en mayor medida al financiamiento monetario.
Ante la situación expuesta se puede deducir que el efecto del aumento del salario mínimo sobre el poder adquisitivo fue efímero, dicen los especialistas y destacan que no importa cuánto aumente el salario mínimo como medida del Ejecutivo, si ese incremento no viene de la mano de ajustes fiscales o medidas que estabilicen la economía, entonces, no se logrará contener la inflación y, en consecuencia, se seguirá desplomando el poder de compra del ingreso venezolano.
Finalmente, Econométrica prevé que es probable que los salarios comiencen a transarse en dólares. Eso no quiere decir que se igualarán a los salarios internacionales, pero terminará siendo el ancla con que la economía se ceñirá. Esta es una de las mejores opciones que se les ofrece a las empresas para retener su capital humano.
Actualidad Laboral / Con información de Econométrica