La economía de Venezuela continúa haciéndose más pequeña y en el segundo trimestre del año se hundió 32,8% con respecto al mismo período del 2019, de acuerdo con la medición que divulgó el viernes la Asamblea Nacional.
La contracción del trimestre obedeció a la menor producción petrolera y a los efectos de la pandemia del COVID-19 en los sectores de comercio, banca y construcción, señaló el informe del Congreso.
A lo largo de casi dos décadas, el gobierno de Venezuela mantuvo un modelo de controles que afectó la actividad productiva. Una flexibilización de las regulaciones, que ocurrió a mediados del 2019 para dar un respiro a áreas como el comercio y la industria, llegó tarde, según legisladores y economistas.
En paralelo, el sector petrolero, que provee el grueso de los ingresos, ha estado afectado por los años de desinversión, mala gestión y las sanciones de Estados Unidos que han impactado en la comercialización del crudo.
Con los resultados del segundo trimestre, “el tamaño de la economía se ha contraído 90% en siete años”, dijo a periodistas el diputado José Guerra, quien agregó que esa disminución “obedece a la política económica del gobierno”.
En medio del deterioro de la actividad económica, la inflación interanual a junio se ubicó en 4.099%, lo que evidencia que el país continúa en una hiperinflación que deteriora el ingreso de los venezolanos.
El colapso del aparato productivo más los elevados precios “inciden en la precariedad del empleo y la destrucción del poder de compra de los trabajadores”, agregó el legislador.
El Congreso calcula los resultados de la economía desde 2018 buscando suplir el rezago en la publicación de cifras por parte del Banco Central. El emisor no divulga datos sobre el desempeño de los sectores clave desde hace un año y medio.
Actualidad Laboral / Con información de Reuters