Actualmente la jornada laboral de 40 horas a la semana podrá sobrevivir en medio de un entorno de mayor tecnología, pero podrá ser muy diferente a lo que estábamos acostumbrados, de acuerdo con un estudio de Intuit.
El documento señala que los trabajadores de la economía on-demand laboran 40.4 horas a la semana y el 34% obtiene su sueldo por medio de aplicaciones. El 30% cobra su remuneración de un empleo tradicional, el 19% por servicios de consultoría y el 14% restante por administrar un negocio.
“La economía on-demand está cambiando la forma en la gente obtiene sus ingresos, toma el control de su desarrollo profesional y apoya a su familia. Choferes, diseñadores y consultores, la gente tiene más oportunidades que nunca para complementar sus ingresos actuales o tomar un respiro para convertirse en su propio jefe”, señaló Alex Chriss, vicepresidente y administrador general de Self-Employed Solutions en un comunicado.
¿Cómo podemos definir la economía on-demand?
De acuerdo con la enciclopedia de PC-Magazine, la economía on-demand (también conocida como la economía gig, economía compartida o economía de gratificación inmediata) podría definirse como la plataforma para obtener bienes y servicios, si bien no de forma inmediata, si mucho más rápido de lo que era antes.
También podría ser cómo la nueva economía (que son principalmente empresas tecnológicas) es asimilada por la economía tradicional (manufacturas y servicios).
De hecho, se considera que para el desarrollo de la economía on-demand es necesaria la adaptación de las nuevas tecnologías a la vida cotidiana y para ello, el teléfono inteligente se convirtió en el principal catalizador para que los usuarios obtengan respuestas casi inmediatas para cubrir sus necesidades.
El mejor ejemplo de cómo la economía on-demand es asimilada por la economía tradicional son las aplicaciones de Uber y Airbnb. Esto es, servicios que tradicionalmente se contrataban personalmente o vía telefónica, ahora se pueden obtener con solo presionar el icono de la aplicación en nuestro celular. Como toda economía, es necesaria la mano de obra y en el caso de la economía on-demand son personas que están dispuestas a ofrecer sus servicios y su tiempo para obtener un beneficio económico. Ellos son los freelances.
Este es un segmento de la población que ha surgido como resultado de la eliminación paulatina de los empleos tradicionales como en la manufactura, en donde la automatización y la búsqueda de menores costos para producir mercancías llevó al desplazamiento de mano de obra disponible. Sólo en Estados Unidos, 53 millones de personas trabajan como freelancers.
En este contexto, la revista The Economist considera que hay dos fuerzas que se están entrelazando con la que aún podemos llamar como economía tradicional: Una mayor disponibilidad de la tecnología y los cambios en los hábitos sociales.
En el caso de la tecnología, la masificación de la producción de los dispositivos para conectarse (computadoras personales, laptops, tabletas o incluso cualquier dispositivo de telefonía) permitió que labores como la producción de videos (que anteriormente se requería de personas, equipo, tiempo y dinero para producirlos) ahora un usuario, con el equipo y los conocimientos adecuados, puede hacer una producción que podría competir con los de un estudio profesional.
La tecnología está transformando industrias que tradicionalmente han sido lentas en su desarrollo, ejemplo de ello es el transporte terrestre, mercancías generales y los negocios de comida.
La economía on-demand ha generado una mayor oferta de bienes y servicios para los consumidores que los pueden obtener en un menor tiempo; pero para la oferta de trabajo, los beneficios si bien son limitados y en muchas ocasiones solo consiste en tener un trabajo que es de nuestro agrado y punto.
De hecho, este tipo de economía crea un cierto tipo de injusticias. Por ejemplo, un trabajador on-demand difícilmente tiene los beneficios de seguridad social y se encuentra en desventaja con un trabajador bajo contrato en una empresa, ya que este al termino de su vida laboral este podrá alcanzar los beneficios legales como una pensión, el trabajador on-demand, no, a menos que lo haga por su cuenta.
El futuro de la economía on-demand parece brillante, muestra de ello son las ventas alcanzadas por el comercio móvil, el cual pasó de los 8.3 mil millones de dólares en 2011 hasta los 35.7 mil millones en 2014, de acuerdo con el portal eMarketer. Esto influyó a los inversionistas a arriesgar capitales por más de 7.5 mil millones de dólares en 2015.
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