Una encuesta realizada a casi 8.000 sub 30 de 29 países reveló que 1 de cada 4 desea cambiar de trabajo en el corto plazo y que menos del 20% se ve en el mismo puesto durante la próxima década. Siete claves para no caer en el hastío
Lo que antes era común en padres y abuelos hoy parece estar en peligro de extinción. Permanecer en la misma empresa durante 20 ó 30 años –aun con ascensos, mejores cargos y aumentos de sueldos– es, a priori, utópico. ¿Lo habitual? Cambiar de trabajo cada dos o tres años (incluso hasta de profesión).
Los datos surgen de una encuesta realizada a 7.700 sub 30 de 29 países, en donde se reveló que 1 de cada 4 jóvenes desea cambiar de ocupación en el corto plazo. El informe llevado a cabo por la consultora internacional Deloitte, titulado The Millennial Survey 2016: Winning over the next generation of leaders, encontró que dos de cada tres entrevistados esperan tener un nuevo puesto en 2020 y que menos del 20% de ellos se ve en el mismo sitio durante la próxima década.
Pero, ¿qué sucede cuando no es tan sencillo permutar de oficio? Los millennials son el futuro laboral del planeta, eso está claro. Y esta compulsa aseguró que los jóvenes de entre 15 y 29 años ocuparán la mitad de la "comunidad trabajadora" en todo el mundo en los próximos cinco años. Sin embargo, hay un factor que pareciera estar mutando respecto a las generaciones pasadas: el aburrimiento frente a lo rutinario.
Conocido como el síndrome de burnout, se trata de la auténtica carga que puede generar una vida realmente difícil en aquella persona que lo sufre. Para ser más específico: esta manifestación es un padecimiento que –a grandes rasgos– consiste en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores emocionales e interpersonales negativos que se presentan en el trabajo. El psicólogo Roberto Torres explicó a Infobae que "sufrir un trabajo va más allá del cansancio que puede provocar una determinada tarea laboral. No es aconsejable permanecer en un sitio que está causando efectos negativos, pero sí es importante entender que hay muchas situaciones de estrés que se pueden superar, pero eso corre por la voluntad que tenga cada persona".
Como no todos los trabajos tienen la misma posibilidad ni movilidad para dar vuelta la hoja y comenzar de nuevo, evitar el hastío resulta esencial. Los autores de la encuesta enumeraron las siete claves para evitar decisiones apresuradas y combatir la sensación de aburrimiento.
¿Es aburrimiento?
Como primer paso: identificar el problema real. Carencia de compromiso, el agotamiento, la falta de sueño o la incapacidad para llevar a cabo determinadas tareas son algunas de las señales que indican que existe una crisis laboral.
Cambiar sin hacerlo
A veces el conflicto interno no es con el trabajo en general sino con las tareas de ese puesto en específico. Reclamar nuevas responsabilidades que supongan un cambio será una bocanada de aire fresco para el futuro.
Organizar el tiempo libre
Si lo que influye en la crisis laboral es lo que sucede en la vida personal, es tiempo de empezar a poner el foco en ese ámbito. La falta de ejercicio, una mala alimentación o dedicarle poco tiempo al ocio puede ser determinante en lo cotidiano.
No dejar de aprender
Cualquier formación requiere una continua formación. Aprender un nuevo idioma, por ejemplo, es una tarea que puede aumentar las posibilidades de disfrutar más una determinada función laboral.
Optimizar la jornada laboral
Intentar hacerla más agradable. Acabar las tareas a tiempo evitará el estrés y permitirá que las personas se retiren a tiempo a sus hogares. Tomar descansos, beber abundante agua, comer bien y evitar distracciones: pequeñas prácticas y rutinas físicas que suponen una gran mejora.
Desconectarse por completo
El informe aseguró que el 42% de los trabajadores consultan su correo electrónico durante sus vacaciones. Esta práctica se puede convertir en una aliada íntima del estrés y el aburrimiento. Para rendir bien, hay que estar descansado.
Ser crítico con uno mismo
Pensar. Tan básico como eso. Esto ayuda a aclarar las ideas y mejorar la capacidad de enfoque. También otorgará una nueva agilidad que se manifestará –claramente en la vida profesional.