Las empresas pueden superar a sus competidores cuando son reflejos directos de la visión única de sus fundadores. Para que te des una idea, considera este pequeño cuestionario:
¿Qué empresa tiene un compromiso zen con la simplicidad? Pista: Desafía el status quo y forja nuevas fronteras (o, al menos, solía hacerlo).
¿Qué compañía es especialmente analítica? (Pista: cada movimiento es tan cuidadosamente calculado como un gran maestro de ajedrez, y piensa con muchos años de anticipación para lograr el dominio del mercado).
Si adivinaste Apple y Amazon, en ese orden, tienes razón. Apple sigue centrada en crear los diseños elegantes y simples que cautivaron a Steve Jobs. Es por eso que solo en el segundo trimestre de 2018, la compañía vendió más de 52 millones de iPhones.
Y, Amazon, en cambio, se destaca por aprovechar los datos con fines estratégicos. Ese es un rasgo ejemplificado por su fundador, Jeff Bezos. La información, de hecho, es la forma en la que Amazon ha sido capaz de revolucionar la venta directa al consumidor, eliminando por completo a los minoristas como Walmart.
Jobs y Bezos reconocieron sus valores fundamentales desde el principio. Luego tradujeron esos valores en una visión, convirtieron la visión en una realidad y construyeron un imperio sobre una base que era natural para ellos. El mensaje: las empresas están mejor cuando entienden quiénes son y cómo se destacan. Y esa comprensión se origina con el fundador.
Convirtiendo las fortalezas principales en startups seguras
Creo firmemente que los emprendedores se hacen, no nacen, pero algunos aspectos de nuestro ser más temprano terminan impulsando nuestras vidas profesionales. En otras palabras, las semillas del éxito están ahí desde el principio.
Esta es una lección que aprendí después de asistir a un taller sobre cómo encontrar tus valores fundamentales. Los moderadores - Cesar Quintero, coach de Entrepreneurs 'Organization, y Fran Biderman-Gross, CEO de Advantages - explicaron que nuestros valores centrales se desarrollan temprano en la vida a medida que aprendemos sobre las consecuencias, exploramos los riesgos y desarrollamos patrones de toma de decisiones.
Esos valores son los aspectos fundamentales de nuestro ser, lo que significa que también son nuestra mayor fortaleza. ¿Cómo traduces esos valores al crecimiento del negocio?
Confía en el siguiente enfoque de tres pasos:
Hacer un examen de conciencia
En 1974 Jobs se embarcó en un famoso viaje espiritual en la India. Tenía 19 años y solo dos años después fundaría Apple. Sin embargo, no tienes que viajar por el mundo para determinar tus valores. En el taller tomamos la prueba CliftonStrengths para encontrar los cinco principales puntos fuertes que determinan cómo nos comportamos y qué valoramos. Luego, para capturar nuestros valores centrales, encontramos formas de traducir cada una de esas fortalezas en activos entregables mediante el uso de un lenguaje activo y positivo.
Por ejemplo, la prueba reveló que, personalmente, soy buena para ver patrones donde otros ven complejidad. Eso significa que soy capaz de "simplificar la complejidad" y "crear soluciones". Comprender esto hace que sea fácil comunicar mi verdadero valor a clientes potenciales o socios comerciales.
La investigación científica respalda el valor de comprenderse a sí mismo también. Un estudio en el Journal of Social and Clinical Psychology descubrió que cuando nos vemos más claramente, nuestra confianza y creatividad disfruta de un impulso. ¿Otros beneficios? Tomamos mejores decisiones, cultivamos relaciones más resilientes y nos comunicamos más claramente, según otros estudios.
Convierte tu negocio en un reflejo de ti mismo
Ser consciente de tus valores centrales es una cosa, pero si no sabes cómo usarlos, no harás la diferencia. Jobs y Bezos establecieron empresas innovadoras que incorporaron sus fortalezas centrales y convirtieron esas compañías en gigantes al rodearse de personas de ideas afines. Deberías hacer lo mismo.
Cuando tienes un equipo de empleados que comparten tus valores fundamentales, tienes una fuerza fuerte y unida. Una investigación de Gallup mostró que, entre las compañías estudiadas, tener valores en común ayudó a impulsar una disminución del 8% la facturación y un aumento del 4 por ciento en la rentabilidad. Por lo tanto, cuando realices entrevistas para contratar, brinda a los candidatos una ventaja o desventaja para cada similitud y diferencia; solo ten en cuenta que las contrataciones deben ser complementarias a tus valores, no necesariamente idénticas.
También es importante comunicar los valores de la empresa y evaluar el desempeño en ese contexto.
En consecuencia, la aplicación de valores centrales se trata de eliminar a quienes no los reflejan, ya sean empleados o clientes. Por ejemplo, en mi negocio, NY Book Editors, valoramos el tiempo y el esfuerzo necesarios para que los editores aprendan y elaboren buenos textos. Los autores que creen que un editor puede usar una varita mágica y transformar su texto en un éxito de ventas no son los clientes adecuados para nosotros.
Convierte las ideas abstractas en acciones concretas
Los valores centrales no pueden ser ideas abstractas. Deben ser lo suficientemente claros y directos para animar cada aspecto de lo que hace una empresa. Rackspace es una compañía que vive y respira sus valores fundamentales, a pesar de que tiene más de 6 mil empleados y generar dos mil millones de dólares en ingresos anuales. Uno de sus valores centrales es lo que llama “soporte al fan”. Para mantener ese valor en mente, los empleados votan por su "cliente del mes".
Las empresas encuentran diferentes maneras de mantener sus valores vivos. Bezos, por ejemplo, reserva un asiento vacío en la mesa de conferencias para "la persona más importante": el cliente. Personalmente, descubrí que articular valores al comienzo de las reuniones ayuda a entrelazarlos en el tejido de mi empresa. También me esfuerzo por incorporar esos valores en todo lo que hago, básicamente estableciendo un modelo para mi equipo. Esto es lo que se necesita para garantizar que los valores centrales sean características institucionales, en lugar de individuales.
En mis inicios como emprendedora, pensé que necesitaba aprender otro idioma, un nuevo lenguaje de programación y ser la mejor en networking. Esas habilidades son ciertamente valiosas a su manera, pero he descubierto que la palanca más importante para mi éxito fue identificar cómo usar mis puntos fuertes ya existentes.
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