Desde que nacemos, los seres humanos estamos hechos para hacer lo posible con tal de que los demás colaboren a cumplir nuestras necesidades y deseos. Dicho de esta manera parece que somos naturalmente interesados y manipuladores, pero en realidad es más una cuestión de supervivencia: los bebés lloran y patalean cuando tienen hambre porque saben que, de hacerlo, sus madres saciarán su apetito. Y cuando crecemos y maduramos no hacemos otra cosa que evolucionar hacia técnicas más elaboradas de persuasión.
Cuando se trata de tu propio negocio, cada detalle de la organización y de todo aquello que orbita a su alrededor afecta considerablemente al resultado final del rendimiento: como si se tratara del "efecto mariposa", un solo empleado, cliente o inversor insatisfecho podría llegar a hacer que toda la estructura se tambalee. Por eso, los gestores de una empresa quieren que los empleados aporten su talento y su esfuerzo, o que los clientes puedan gratificarles con recomendaciones a amigos y conocidos. Visto de esta manera, desde luego no es una cuestión de mera manipulación: es el motor que mantiene vivos los negocios.
¿Cómo puedes ser persuasivo para cumplir todas las metas que te hayas propuesto?
Utiliza el poder de la reciprocidad. Si alguien te sonríe, devuélvele la sonrisa. Si alguien muestra un interés amable en saber algo de ti, demuéstrale que tú también quieres saber más sobre esa persona. Construir relaciones basadas en este sencillo sistema genera una buena voluntad entre el negocio y los clientes http://www.forbes.es/actualizacion/2496/la-clave-del-exito-es-la-atencion-al-cliente, y hará más probable que se mantenga su satisfacción y, por tanto, tu nivel de ingresos.
Una forma muy útil de asegurarte de ello es devolver una parte de la inversión al cliente después de su compra: el 90% de los clientes que reciban una bonificación por interesarse en tu producto o servicio volverá a ti.
Habla con sus propias palabras. Presta atención a las palabras y expresiones que utilizan las personas que se relacionan con tu compañía. Todos los estudios demuestran que las personas se sienten más cómodas y entran más rápido en un clima de confianza si los demás utilizan su jerga y comparten sus experiencias o su entusiasmo por determinadas cosas. Estar atento a cómo utiliza el lenguaje es una forma más que hábil de hacerte con ellos.
Emplea el contacto físico. Cada día que pasa dependemos más de las tecnologías, y uno de los campos a los que más toca es el relativo a la comunicación: teléfonos, correos electrónicos, WhatsApp y hasta reuniones a través de Skype son la tónica diaria; de modo que las reuniones físicas cobran una importancia todavía mayor a la tradicional. Aprovecha los encuentros personales y no pierdas la oportunidad de demostrar cercanía estrechando enérgicamente la mano, y procurando conocer mejor a la persona que tienes enfrente, ya sea un empleado, un cliente o un posible aliado.
Aprovecha el sistema de validación social. Todos tendemos a dar un mayor valor a una empresa cuando comprobamos que tiene una amplia aceptación social o que goza de un momento de gran popularidad. Confiamos en el criterio de una gran mayoría. Cuando trates de establecer lazos con otros negocios, menciona tus experiencias positivas con otros clientes, especialmente si existe una conexión entre ambos, y trata de explotar una imagen vencedora (por supuesto, sin falsear la realidad).
Esfuérzate en dar una buena impresión. http://www.forbes.es/actualizacion/1514/8-claves-para-causar-buena-impresion. No podemos evitarlo: cuando conocemos a alguien hacemos automáticamente una serie de suposiciones, muchas de ellas sin esperar a tener más información.
Son juicios que tomamos en pocos segundos y muchas veces sin ser realmente conscientes de que lo estamos haciendo. ¿De verdad somos capaces de conocer a una persona por un solo encuentro? Probablemente no, pero aunque no queramos, la primera impresión tiene mucho que ver con la imagen que dejamos en las otras personas. Tómate todo el tiempo y el cuidado para empezar con buen pie en todos los sentidos: favorecerás una relación que podría proyectarse en el tiempo.