12-09-2024

El Banco Central Europeo (BCE) ha rebajado los tres tipos de interés clave de forma unánime en su reunión de septiembre, a la par que ha implementado un ajuste técnico para reducir la volatilidad de los mercados monetarios (donde se intercambia liquidez y reservas a muy corto plazo).


De este modo, el BCE ha realizado su segunda bajada de tipos del año (en junio ya rebajó el precio del dinero, para luego mantenerlo en la reunión de julio) con un recorte de 25 puntos básicos de la tasa de depósito (donde los bancos guardan la liquidez) hasta el 3,5%, mientras que la tasa principal de refinanciación (el tipo al que los bancos piden liquidez de forma semana) se ha recortado en 60 puntos básicos para hacerla más atractiva, cayendo hasta el 3,65%.


Por último, la facilidad marginal de crédito (la ventanilla de emergencia) se ha rebajado también en 60 puntos básicos hasta el 3,9%. De este modo, el pasillo de los tipos se estrecha de forma notable y hace que las subastas semanales de liquidez sean más atractivas para los bancos, puesto que ahora son mucho más 'baratas' y tienen un tipo que se acerca al de la tasa de depósito, según explican en el comunicado.


Este recorte de tipos (por el que han votado a favor todos los miembros del Consejo de Gobierno) llega en medio de un potente proceso de desinflación que no ha concluido, pero que ha sido más que notable. Cabe recordar que el IPC se encontraba en el 10,6% en octubre de 2022. Hoy, la inflación general se ha desinflado hasta el 2,2% en agosto, una tasa que se encuentra muy cerca del objetivo del 2%.


La drástica caída del precio del petróleo está posibilitando, en parte, esta desinflación. El crudo ha caído un 18% desde julio. Con todo, el euríbor, el índice al que están referenciadas cientos de miles de hipotecas, sigue su senda descendente ante la expectativa de que el BCE siga recortando el precio del dinero en un futuro a corto plazo.


Además, los economistas de Eurosistema (compuesto por el BCE y el resto de los bancos centrales nacionales de los países del euro) han actualizado sus previsiones sobre la inflación y la actividad económica una vez al trimestre.


La última vez fue en junio y, por tanto, hoy ha tocado descubrir el nuevo cuadro macro. La revisión del cuadro de previsiones macroeconómicas para la eurozona que ha llevado a cabo el BCE recorta ligeramente la estimación de crecimiento económico para este año y los dos próximos. El organismo actualiza sus estimaciones con una bajada de una décima para los tres años, quedando ahora en el 0,8% para 2024, el 1,3% para 2025 y el 1,5% para 2026.


Por su parte, las previsiones de inflación se mantienen sin cambios, en el 2,5% para 2024, 2,2% para 2025 y 1,9% para 2026, por lo que, si este escenario se materializa, el banco central conseguirá cumplir su objetivo de inflación en 2026, aunque, como el propio BCE indica, en su comunicado, ya se empezarán a ver niveles acordes con su objetivo en la segunda mitad del año que viene.


"Esperamos que la inflación vuelva a subir en el último tramo de este año, en parte por el efecto de las caídas previas en los precios de la energía. La inflación debería caer después hacia nuestro objetivo en la segunda mitad del año que viene", señala el comunicado del organismo.


Los expertos descartaban grandes cambios. "Deberíamos tener un poco menos de crecimiento a corto plazo, una inflación ligeramente más alta en 2024 y una perspectiva a medio plazo sin cambios", consideraron los analistas de Bank of America (BofA) en un informe de ayer. Acierto para los expertos de BofA.


Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, se ha lanzado a hablar en español (una frase) para desvelar qué pasará con los tipos de interés en las próximas reuniones. La francesa ha expresado en castellano con una sonrisa y pronunciando la frase "lo qué será, será" (Whatever Will Be, Will Be), una canción que se hizo famosa al ser interpretada por Doris Day en la película de Alfred Hitchcock El hombre que sabía demasiado.


Tras ese chascarrillo, Lagarde ha vuelto a dar la 'matraca' con el discurso de siempre para asegurar que irán reunión a reunión: "Seguiremos aplicando un enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción. En particular, nuestras decisiones sobre los tipos de interés se basarán en nuestra evaluación de las perspectivas de inflación a la luz de los datos económicos y financieros que se publiquen, la dinámica de la inflación subyacente y la solidez de la transmisión de la política monetaria. No nos comprometemos de antemano con una trayectoria de tipos concreta", ha sentenciado la francesa.


Cabe destacar que la francesa ha pasado más tiempo hablando del 'informe Draghi' que de la propia inflación o los tipos de interés. Lagarde ha destacado que es un proyecto interesante y ha puesto el acento en las reformas estructurales para mejorar la productividad, mientras que ha dejado de lado lo que se refiere a la inversión pública, la parte más polémica del informe por la negativa de los frugales a financiar el plan.


Antes de conocerse las decisiones de la reunión de este jueves, Tomasz Wieladek, economista jefe en T. Rowe Price, anticipó que la presidenta del organismo haría hincapié en que la política monetaria "sigue dependiendo tanto de los datos como de las previsiones". Así, teniendo en cuenta "los volátiles flujos de datos", dijo, "el BCE seguirá siendo prudente" en el futuro próximo. "Un ritmo de recorte trimestral sigue siendo el resultado más probable", concluyó Wieladek.


No obstante, este recorte estaba descontado dada la moderación de la inflación y el todavía elevado nivel de los tipos de interés, que hoy se sitúan por encima de la inflación. Ahora lo interesante es analizar las pistas para ver que sucede en las próximas reuniones.


Aunque ha habido pocos cambios en la orientación futura del BCE en su comunicado con la decisión de bajar los tipos, el BCE ha dejado entrever que la puerta para nuevas bajadas está abierta (pese a la poca claridad de Lagarde, esta vez el BCE no quiere 'pillarse los dedos'). En esta ocasión, el BCE ha respaldado la decisión con la frase: "Sobre la base de la evaluación actualizada que ha hecho el Consejo de Gobierno de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la solidez de la transmisión de la política monetaria, ahora era conveniente dar otro paso para moderar el grado de restricción de la política monetaria".


Garvan McCartthy, director de inversiones de EMEA y Asia en Mercer, considera en un comentario que "el retorno gradual a una actividad económica normal debería llevar a más recortes de tipos este año, con más por venir el próximo año, llevando la tasa de política a un nivel neutral". De acuerdo con la última encuesta de analistas lanzada por Bloomberg, el tipo neutral del BCE se encuentra entre el 2,25% y el 2,5%. Tomando como referencia la parte baja de la horquilla, el banco central todavía tiene por delante un descenso de 125 puntos básicos desde el nivel actual de la tasa de depósito.


No obstante, otro párrafo fundamental del comunicado del BCE con la orientación se mantiene igual de tajante: "El Consejo de Gobierno está decidido a garantizar que la inflación vuelva a su objetivo de mediano plazo del 2% en el momento oportuno. Mantendrá los tipos de interés oficiales suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para lograr este objetivo. El Consejo de Gobierno seguirá aplicando un enfoque basado en los datos y reunión por reunión para determinar el nivel y la duración adecuados de la restricción".


Un argumento a favor del recorte en octubre podría ser que la inflación en agosto sólo superó ligeramente el objetivo del 2% y es poco probable que cambie mucho en septiembre y octubre debido a los efectos de base y a los bajos precios actuales de la energía. Además, los partidarios del Consejo de Gobierno del BCE están enfatizando cada vez más su preocupación por la debilidad de la economía. De hecho, es probable que los expertos del BCE también reduzcan ligeramente sus previsiones económicas. Sin embargo, también hay dudas con esa posible bajada.


"De cara al futuro, esperamos que el BCE acelere el ritmo de los recortes de tipos. No este año, sino el próximo. ¿Por qué no este año? Porque actualmente, las negociaciones salariales alemanas y el aumento de las expectativas de precios de venta siguen apuntando a una cierta rigidez de la inflación. Y dado que el historial del BCE a la hora de predecir la subida de la inflación es bastante débil, el BCE querrá estar completamente seguro antes de emprender recortes de tipos más agresivos", explica en una nota para clientes Carsten Brzeski, economista de ING.


"Un debilitamiento de las perspectivas de crecimiento de la zona euro debería ser el desencadenante de unos recortes de tipos más agresivos. Ya en julio, el BCE había cambiado la evaluación de riesgo de sus perspectivas de crecimiento a 'inclinada a la baja'. Dado que las previsiones del BCE han estado sobreestimando estructuralmente el calendario y la fortaleza de la economía de la eurozona, solo parece cuestión de tiempo que unas perspectivas de crecimiento más sombrías se traduzcan en recortes de tipos más agresivos. El aterrizaje suave en EEUU y su impacto en la eurozona podrían ser ese detonante", añade Brzeski.


Sin embargo, volviendo a las fuentes oficiales, el presidente del banco central de Lituania, Gediminas Simkus, a quien se considera un miembro 'neutral', ha calificado de "bastante improbable" un recorte de los tipos en octubre en una entrevista reciente. Esto se debe a que muchos miembros del Consejo, incluidos algunos del bando moderado, siguen enfatizando la importancia de las proyecciones para sus decisiones sobre los tipos de interés Los mensajes cruzados y la diversidad de opiniones siguen dominando el seno del banco central.


En suma, tras el impenetrable discurso de Lagarde y las previsiones macro lanzadas, los operadores de mercado han reducido ligeramente las apuestas a una mayor relajación y ahora prevén 36 puntos básicos más de recorte de tipos para finales de año. Esto significa que un recorte adicional de 25 puntos básicos está totalmente descontado y que hay menos de un 50% de probabilidades de que se produzca una tercera bajada.


Actualidad Laboral / Con información de El Economista España