El big data inunda nuestra vida y cada vez resulta más complicado no ahogarse en un mar de datos. "El cambio principal es que los profesionales disponen de una elevada capacidad de autogestión. Esto modifica el tradicional papel del empleado, así como las formas clásicas de interacción dentro de la empresa", explica David Monge, director general de la agencia de recursos humanos Nexian. En esta transformación, Monge advierte de que "no se trata de que el big data no afecte a nuestro trabajo, sino de que lo haga más eficiente y nos permita optimizar nuestros resultados".
La adrenalina laboral
Sacar partido a esos datos es cuestión de estadística. Así lo explica Álex Rayón, profesor de big data en Deusto Business School: "Muchas personas hablan de matemáticas, pero eso es una ciencia exacta que no vale con los datos. Se trata de estadística porque se juega con la desconfianza y la incertidumbre. La gestión de datos es algo que todavía tiene mucho recorrido y requiere un modelo de confianza eficaz". Según Rayón, la clave para que este sistema de trabajo cale en la organización es formar a las capas directivas: "Este colectivo debe tener claras las opciones que abre el big data y para qué sirve, de lo contrario será difícil llegar a otras capas de la empresa".
Trabajar con multitud de datos puede aturdir al profesional y, "en cierto modo, puede ralentizar la ejecución de algunas actividades, por que supone buscar y analizar informaciones, pero a la larga aporta un resultado más rico y seguridad al que lo realiza", apunta Rayón. Monge recuerda que "soplan tiempos de cambio y el big data, las fuentes de información, etcétera, son herramientas fundamentales que van a mejorar nuestra empleabilidad y también la competitividad de las empresas".
Y por ahora son eso, tiempos de cambio. Eva Rimbau, profesora de la UOC y experta en recursos humanos, ilustra con un ejemplo muy práctico lo que supondrá el big data: "Cuando el departamento de recursos humanos, o su equivalente, tenga grandes cantidades de datos sobre sus empleados y los analice a través de algoritmos que generen recomendaciones, entonces los profesionales comenzarán a cambiar su forma de actuar para que los datos que sobre ellos se recogen reflejen exactamente lo que hacen".
El big data afecta a tu trabajo, ya que entran en juego multitud de datos que hace apenas cinco años desconocías, y también impacta en cómo realizas tu actividad diaria. Los parámetros que miden tu trabajo indican lo que significa un buen desempeño. A corto plazo influirá en tu retribución y, a largo, en la carrera profesional. "Por ejemplo, una revisión de los datos sobre las reuniones que constan en tu calendario puede decir que pasas demasiado tiempo con tus subordinados directos y no tanto en proyectos o en reuniones con otras personas de dentro y fuera de la organización", explica Rimbau.
Y algo que seguro no te dejará indiferente es otro ejercicio que propone la profesora de la UOC: "Un análisis de tus emails de los últimos seis meses confirma que debes tomar un curso online sobre 'redacción sin discriminación por género'. Serán este tipo de datos los que el departamento de recursos humanos hará llegar a tu jefe o jefa y tú deberás tenerlos en cuenta al actuar".
En este futuro que ya es presente a la supervivencia entre los datos que hay que manejar en el día a día, le sobreviene otro factor que conviene tener en cuenta y que con buen criterio apunta Rimbau: "La cuestión es que se recogerán datos sobre el profesional y su trabajo sin que se dé cuenta, y se valorará su actuación en función de ello".
¿Tienes las capacidades que importan?
Los profesionales de Boston Consulting Group (BCG) se han dado cuenta al trabajar con sus clientes de lo útil que puede resultar desglosar el 'big data' en tres componentes básicos: el uso de datos, el motor de datos y el ecosistema de datos. En cada área hay dos capacidades esenciales. Así, identificar oportunidades y crear confianza es fundamental a la hora de utilizar los datos. Parece claro que si se utilizan éstos de manera transparente, aumentará la confianza del cliente. En su 'Encuesta Global sobre Ánimos de los Consumidores', BCG entrevistó a 10.000 personas: sólo el 7% dijo sentirse cómodo con que se utilicen sus datos con fines distintos de aquellos para los que se recopilaron. En cuanto al motor de datos, las organizaciones deben sentar las bases técnicas y dar forma a la empresa. BCG recomienda a las compañías evitar las 'torres de marfil': "Las nuevas capacidades de extracción y de la ciencia de datos deberán vincularse y relacionarse con los negocios ya existentes". Y, por último, el ecosistema de datos requiere participación -las nuevas aplicaciones difuminarán los límites de los distintos sectores haciendo necesarias nuevas conexiones-, y hacer que las relaciones funcionen -el objetivo es alcanzar el éxito, que se mantenga y mejore gracias al trabajo continuo-.
Actualidad Laboral / Con información de Expansión