Reírse y bromear en el trabajo puede ser una válvula de escape al estrés y la tensión nerviosa, en contraste varias investigaciones sobre clima laboral están demostrando el valor estratégico del buen humor en el incremento de la productividad laboral.
La capacidad de fomentar un ambiente de trabajo donde el bromear y reírse espontáneamente dentro de ciertos límites de respeto y tolerancia, tiene una importancia clave para las empresas porque fortalece la integración de los equipos activando la motivación personal que hace más productivo a los empleados.
Esta tesis es corroborada por prestigiosos estudios, como el llevado a cabo por la Escuela de Negocios Wharton (la más prestigiosa del mundo en su rubro) y la Harvard Business School. Estas instituciones concluyeron que, los colegas que hacen reír a los demás son vistos como más seguros de sí mismos, competentes y con mayor estatus.
Sin embargo, es aconsejable que la construcción de este clima laboral impregnado de buen humor fluya desde las esferas más altas de la empresa hasta los empleados de menos jerarquía. ¿La razón?, pues simple, porque de esta manera las figuras de autoridad dan una señal de confianza a sus subordinados mostrando que es posible crear relaciones horizontales y un clima distendido que mejore los canales de comunicación en las jerarquías y al interior de ellas.
Se trata de fomentar un humor inteligente, ese tipo de energía que cautiva y sorprende, lo que no significa carta blanca para hacer bromas pesadas o jugar hacerse el gracioso constantemente porque eso cansa, afirma el prestigioso consultor en clima laboral Luis Boyano.
En resumen, la risa auténtica y espontánea es una expresión poderosa de bienestar y una prueba que estamos cargados de buenas energías, por tanto al final tenemos el siguiente producto: ‘Quien ríe trabaja mejor’.
Actualidad Laboral / Con información de Reduno