23-12-2022

El gobierno de Ecuador ha destacado la reducción del déficit fiscal de 7% a 2,7% del Producto Interno Bruto como una muestra de su gestión económica exitosa y haber empezado a poner la economía en orden. Sin embargo, economistas y analistas han puesto el contrapunto en que esa mejora de indicadores difiere de la estrecha situación real de los ecuatorianos.


El estancamiento del gasto y de la inversión pública, que permiten una reducción del déficit, se reflejó en un deterioro de los servicios y las obras públicos y de la realidad laboral de los ecuatorianos. La economía de Ecuador no ha recuperado los niveles anteriores a la pandemia.


Si bien el gobierno “ha hecho un esfuerzo por ordenar las cuentas fiscales” que se refleja en una disminución “importante” del déficit fiscal -la diferencia entre lo que ingresa a las arcas públicas cada año y lo que gasta el Estado-, el proceso no está acabado, dijo el director de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (CORDES), José Hidalgo.


Al cierre de 2022, recordó el analista, “la economía ecuatoriana sigue siendo más pequeña” que antes de la pandemia, lo que adjudicó al recorte de la inversión pública.


Hidalgo dijo a The Associated Press que si bien el consumo y el comercio internacional han aumentado, “el empleo sigue por debajo, en niveles mediocres”. El estancamiento de la inversión pública, justificó, “no ha sido compensada con suficiente inversión privada”.


El crecimiento económico de Ecuador en 2022, que finalizará entre un 2,3% y 2,5%, no implica una vuelta a la tendencia de crecimiento y a épocas de bonanzas. “No se ha sentido un cambio estructural que permita suponer que el crecimiento en adelante será mayor”, vaticinó.


Ecuador requeriría un crecimiento sostenido de entre 4% y 5% para que los ingresos de los ciudadanos mejoren y surjan nuevas fuentes de empleo, explicó Hidalgo.


El ministro de Economía, Pablo Arosemena, mencionó en el canal local Ecuavisa que se crearon 350.000 empleos durante la administración del presidente Guillermo Lasso, que lleva 18 meses en el poder. Pero para Hidalgo “se confunde empleo adecuado con empleo formal”.


Si bien el empleo “en algo ha mejorado”, una buena parte de éste es informal, agregó.


Para el economista Pablo Dávalos el discurso gubernamental sobre una economía ordenada revela una “ruptura con el principio de realidad”.


Según cifras del Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC), “sólo el 35% de la PEA (población económicamente activa) tiene un empleo adecuado”, lo que deja al 65% “fuera de los mecanismos de empleo”.


El INEC informó el jueves que la tasa de empleo se situó en noviembre en 35,6%, y el desempleo en 3,8%.


Dávalos sostuvo que la precaria realidad laboral también se percibe en las remesas provenientes del exterior, que este año rebasaron los 4.000 millones de dólares, lo que evidencia que la falta de políticas de empleo “ha empujado altos niveles de migración”.


Resaltó la falta de inversión pública, lo que ha significado “un deterioro de infraestructura” y de la calidad de “los servicios que se presta a los ciudadanos”. Eso explica, para el analista, el aumento de la inseguridad, los asaltos y los asesinatos.


El desafío para el gobierno es mejorar el gasto, dijo a AP el exministro de Economía, Mauricio Pozo, quien consideró que “a la ciudadanía no le importa que suban las reservas internacionales, que haya superávit fiscal” sino que haya medicinas en los hospitales o cupo en las escuelas para que estudien sus hijos.


El ministro Arosemena también destacó como logros del gobierno el incremento de los beneficiarios del bono social que reciben ocho de cada 10 familias en situación de vulnerabilidad. Precisó que antes lo recibían dos de cada 10. Citó también un incremento en las ventas lo que, defendió, refleja el crecimiento de 19 sectores de la economía como el industrial, el comercial y el agrícola.


Actualidad Laboral / Con información de AP