Tradicionalmente, Venezuela ha tenido una alta tasa de actividad emprendedora. Dunia de Barnola, Directora Ejecutiva de Venezuela Competitiva, explica que el perfil del ciudadano, sus habilidades para articular equipos y para identificar y atender las demandas del mercado, además de la ubicación geográfica del país han facilitado el emprendimiento.

Sin embargo, sostiene que en los últimos meses el emprendedor venezolano ha tenido que enfrentar diversos retos que lo han obligado a salir de su zona de confort: “Esas ventajas por ejemplo de accesibilidad tanto para salir como para entrar al país comenzaron a verse retadas; los mercados empezaron a transformarse; el cliente habitual al que el reconocía fácilmente empezó a cambiar, algunos emigraron, otros se quedaron pero sus gustos y sus posibilidades cambiaron; la inflación empezó a cambiar sus posibilidades de ofrecer sus servicios y productos de forma accesible; entonces empezó a tener que transformar sus esquemas de precio y sus costos también cambiaron. Adicionalmente, la mano de obra que para él era accesible dejó de estar en el país, y ese proceso empezó a afectar la posibilidad de desarrollar innovaciones y de generar verdaderamente proyectos que impacten en el país”, dice Dunia de Barnola.

La directora ejecutiva de Venezuela Competitiva, explica que este entorno, en general ha impactado de dos maneras al emprendimiento nacional. En algunos casos disminuye el entusiasmo y las posibilidades de quienes adelantan una idea de negocios y en otros, incrementa su creatividad, los lleva a ubicar nuevos escenarios y a crear nuevos productos.

Asegura que el emprendimiento por necesidad y por oportunidad continúan creciendo en Venezuela de manera sostenida, pero que los casos que logran perdurar siguen constituyendo una mínima proporción.

De Barnola destaca que debe crearse la infraestructura necesaria para apoyar y formar al emprendedor, entre otras cosas, para disminuir la improvisación en la que incurren algunos ciudadanos que adelantan un negocio propio por necesidad. “Si ponemos como sociedad la mirada en ellos y capitalizamos su fuerza como emprendedor, su coraje, su valentía, su creatividad, su iniciativa, y le damos las herramientas y la formación necesaria vamos a tener emprendedores de base, emprendedores sociales, emprendedores comunitarios que van a crear la diferencia en los próximos años porque son muchos en nuestros país”, dice al explicar que la idea es que los emprendimientos se conviertan en empresas.

La directora ejecutiva de Venezuela Competitiva, sostiene que aún hay mucho por hacer en el país para lograr que los nuevos negocios sobrevivan, sin embargo reconoce que el emprendimiento es una palabra y una actividad cada vez más familiar para el venezolano.

“Sentirnos emprendedores es una posición privilegiada, a cualquiera le gusta que lo llamen emprendedor porque tú sientes que empiezas a pertenecer a la élite de los que están viendo la oportunidad en la crisis”, dice Dunia de Barnola.

 

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