Las épocas de desempleo son duras para todos. Tanto para los que trabajan hace años y tienen una familia por mantener, como para los que recién egresan de la universidad y no encuentran cabida en un mercado laboral superpoblado que los desprecia por su juventud y falta de experiencia. Unos y otros deben considerar otras posibilidades, entre ellas, la de emprender y comenzar a hacer su propio camino en el mercado laboral.

Comenzar desde cero no es una tarea sencilla, es normal que se generen dudas y miedos respecto al futuro, pero considerando ciertos aspectos podrás convertirte en un emprendedor de éxito y tener una realidad económica sólida. Aunque puede parecer que lo más difícil es el comienzo, los expertos dicen que mantenerse en el negocio es aún más complejo.

Actualmente, hay muchas iniciativas que favorecen a los emprendedores, y las mismas universidades forman a sus estudiantes con conciencia de lo que sucede en el mundo laboral, brindándoles las herramientas para que puedan emprender por su cuenta en caso de no encontrar el empleo que desean. Los gobiernos de distintos países buscan escuchar a sus jóvenes para saber cómo ayudarlos, las empresas y particulares crean múltiples puestos de empleo, pero a veces estos esfuerzos no son suficientes.

Dicho esto, debemos agregar que hay que tener claras algunas cuestiones referidas al emprendimiento y a lo que nosotros mismos podemos hacer para cambiar la situación en la que nos encontramos. Por eso, te damos algunos consejos:

Conocer y conocernos. Tener claras nuestras principales debilidades y fortalezas nos colocará en un punto inmejorable para atenderlas como corresponde, y potenciarlas o corregirlas. También es importante conocer a la competencia, para evaluar y comparar su trabajo con el nuestro. No tengas miedo de mirar hacia el costado, a veces puede ser muy productivo.

No aferrarse. El mercado es cambiante, hoy puedes tener un empleo y mañana no, hoy tu negocio puede marchar bien y mañana no dejarte ni un céntimo de ganancia. Hay que estar atento al mercado, controlarlo y manejar todas las posibilidades, llevando adelante nuestras ideas con firmeza pero sin aferrarse demasiado a un puesto de trabajo que mañana puede no existir más.

No tener miedo de los cambios. Probar cosas nuevas, arriesgar, buscar diferenciarse de la competencia y desafiar nuestros límites. El público es el que manda, el consumidor decide lo que quiere y nosotros debemos seguirlo sin temer, confiando en que valorarán ese riesgo y nos premiarán con su fidelidad.

No aislarse. Los cambios sociales y tecnológicos son una realidad a la que ningún empresario puede evitar, hay que considerarlas y tratarlas como corresponde. Familiarizarse con las nuevas tecnologías y entenderlas en profundidad puede ser una gran ventaja, tanto para nuestro desarrollo personal como profesional y laboral.

Actualidad Laboral / Con información de Universia