Ghosting. Un anglicismo que originalmente estaba dirigido exclusivamente al mundo de las citas y las relaciones, pero que ahora ha llegado también al ámbito laboral. Como ghosting (fantasmear o hacer el fantasma) se describe una situación en la que una persona deja de responder a la otra o la ignora.


En el contexto laboral se refiere al acto de dejar de comunicarse repentinamente y sin explicación con un posible empleado durante el proceso de contratación o incluso después de aceptar una oferta de trabajo. Este comportamiento, aunque desconsiderado, ha ido en aumento en los últimos años.


Puede darse tanto desde la empresa al empleado como al revés, que es de hecho la vertiente que más ha crecido. Pero, ¿por qué?


Causas del aumento del "ghosting" laboral


El contexto laboral actual, marcado por la incertidumbre y una feroz competencia por el talento, ha dado lugar a un cambio de poder en el mercado. Los candidatos ya no se sienten obligados a seguir las reglas tradicionales de cortesía en el proceso de contratación, lo que ha dado lugar al aumento del este fenómeno.


Según datos de Glassdoor, la tasa de ghosting laboral ha aumentado en un impresionante 98% desde febrero de 2020. En enero de 2019, aproximadamente el 1.25% de las entrevistas de trabajo mencionaban el ghosting, una cifra que ha aumentado a más del doble en los últimos dos años y medio.


El ghosting laboral tiene un impacto significativo en las empresas, causando retrasos en el proceso de contratación, costos adicionales y pérdida de productividad. Además, puede dañar la reputación de la empresa, lo que puede dificultar la atracción de talento en el futuro.


Las empresas reaccionan para evitarlo en procesos de selección


También se da de forma interna de jefes a empleados y viceversa. Una situación que también se relaciona con otros fenómenos ya ampliamente comentados como el de la 'gran renuncia'.


Las empresas están tomando medidas para mitigar el impacto del ghosting laboral. Algunas están implementando estrategias de contratación más rigurosas, mientras que otras están invirtiendo en tecnología para mejorar la comunicación y el seguimiento con los candidatos.


Actualidad Laboral / Con información de El Economista