La inspiración divina existe y Art Fry, un ex empleado de la compañía 3M en Estados Unidos, lo comprobó en 1974: un día, mientras cantaba en el coro de la iglesia, le resultaba imposible leer algunos salmos, pues las hojas se cambiaban continuamente, sin que pudiera localizarlas con rapidez. Trató de insertar papeles para marcar las páginas, pero se caían a cada rato.
Después de analizar cómo resolver esta situación cotidiana de su vida, recordó que seis años antes un investigador de la empresa que buscaba revolucionar el mundo de los adhesivos desarrolló un pegamento débil que fue a dar al archivo muerto.Así que Fry pensó que si unía ese pegamento débil con los pedazos de papel podría crear una especie de sepa-radores de páginas que no se cayeran ni perdieran. De esta manera, nació lo que hoy conocemos como Post-it. Y también marcó la pauta para lo que más adelante se convertiría en la figura del intrapreneur.
Pero, ¿quién es un intrapreneur? Se trata de un emprendedor interno que si bien ya forma parte de una empresa, quizá todavía no ha explotado su potencial para generar nuevas ideas o enriquecer las iniciativas existentes. En los tiempos actuales –en los que la competencia es intensa–, este personaje puede convertirse en el motor que impulse el crecimiento que requiere toda pequeña y mediana empresa (Pyme) para desarrollarse con éxito en el mercado.
En acción
Este concepto surgió en los años setenta con Fry, pero la figura se ha multiplicado principalmente en Europa y Norteamérica. Cobra relevancia en un momento en que las empresas tienen la necesidad de explorar oportunidades de negocios que les son desconocidas, sin descuidar su foco principal. Es una manera de innovar con rentabilidad y desarrollar nuevos negocios.
La principal cualidad del intrapreneur es que innova, aunque no siempre inventando algo sino haciendo lo que no se ha hecho antes. Esto puede ser desde optimizar un proceso hasta hacer exitoso un proyecto trunco.“Un intrapreneur es la persona que lleva adelante iniciativas emprendedoras dentro de organizaciones que ya están creadas; a diferencia del emprendedor, que lo hace típicamente en negocios que todavía no existen”, explica Pablo Martín de Holan, investigador del Instituto de Empresas (IE), con sede en Madrid, España.
Ser intrapreneur, según los expertos, significa ser capaz de tomar iniciativas emprendedoras dentro de una organización y librar los obstáculos que aparecen cuando uno quiere innovar dentro de una estructura establecida. También son carismáticos, pacientes pero muy activos, y necesitan reconocimiento constante tanto público como económico, porque si no se sienten valorados buscarán otras opciones de trabajo.
Suelen ser empleados que saben manejar muy bien las frustraciones, convincentes, persuasivos, tienen altos niveles de empatía con el resto de los miembros del equipo y comprenden a la perfección los intereses de cada cual y las barreras organizacionales a la innovación. “Son gente que tiene altos niveles de inteligencia emocional, junto con otros talentos más concretos como la capacidad de detectar y desarrollar nuevas oportunidades de negocios”, detalla De Holan.
¿Cómo identificarlos?
Además de 3M, un ejemplo del éxito que puede tener una empresa cuando fomenta el desarrollo de sus emprendedores internos es Walmart de México y Centroamérica. Desde el proceso de selección que hace su área de Recursos Humanos, se detecta quiénes tienen posibilidades de emprender iniciativas al interior, tomando en cuenta seis competencias básicas:
- Pensamiento estratégico
- Capacidad para tomar decisiones
- Talento para crear ideas
- Trabajo en equipo y habilidades para comunicarse
- Enfoque al cliente
- Orientación y ejecución a resultados
Y de Recursos Humanos depende la Dirección de Talento, encargada de formar a estos emprendedores para que puedan desarrollar, aterrizar sus ideas y, a la vez, garantizar la sucesión en puestos clave y liderazgos dentro de la compañía.“Hay proyectos que se llaman de aprendizaje en acción, donde a los empleados se les asignan retos de la empresa para los que se contratarían consultores, pero en lugar de eso se forman equipos con estos talentos y trabajan en dichos proyectos para ayudar a la compañía y, al mismo tiempo, poner en práctica sus ideas”, explica Cory Guajardo, directora de Talento de Walmart de México y Centroamérica.
La empresa entiende la importancia de estos empleados. Por ello, no sólo los impulsa y da cabida a sus inquietudes, sino que también les allana el camino para que no existan resentimientos por parte del resto de la platilla laboral. Sobre todo, si se toma en cuenta que sólo el 19% del personal puede desarrollar las habilidades necesarias para aterrizar proyectos. En primer lugar, todos tienen acceso a la capacitación y desarrollo, pero este grupo “dispone de recursos adicionales en términos de compensación y desarrollo”, dice Guajardo.
Entre las compensaciones adicionales que reciben están los denominados bonos de asociados que se entregan una vez al año y cuyo monto depende del cumplimiento y metas que se imponga el empleado.
Para evitar frustraciones o sentimientos de insatisfacción, la directora de Talento destaca que toda persona con algún proyecto a su cargo tiene clara la orientación a resultados. “Y todos sabemos que cualquier cosa que se vaya a proponer se tiene que probar y dar resultados. No nos tardamos mucho en recuperarnos de ese tipo de cosas, las tiendas abren todos los días y hay que moverse rápido, así que la gente que se queda pensando, será difícil que se adapte a la compañía”.
Por su parte, Humberto Patiño, director de Desarrollo de Personal de Expansión Laboral, una empresa de reclutamiento, selección y capacitación de personal con clientes como Oxxo, opina que los emprendedores internos traen ese espíritu aún antes de ingresar a alguna organización.“El origen está en la familia y en la escuela. Y si en general en el país tenemos el problema de que existen muy pocos intrapreneurs, es porque los padres y maestros no promueven su desarrollo”, señala. “En tanto que las empresas en México aún son altamente burocráticas y, en lugar de promover, pueden llegar a frustrar cualquier intención de innovar”.
Una de las claves para el desarrollo de los emprendedores internos es que los altos mandos de la empresa estén dispuestos a escuchar sus ideas. Sin embargo, en nuestro país en particular, las estructuras jerárquicas están muy establecidas.
En consecuencia, la mayoría de las compañías en lugar de fomentar grupos de emprendedores internos, integran pequeños equipos de empleados de alto rendimiento que, en lugar de proponer y modificar lo ya establecido, se reducen a ser simples ejecutores de las ideas de sus superiores. Un ejemplo de lo anterior es que en México sólo dos de cada 10 empresas tienen algún tipo de capacitación sobre liderazgo, según un estudio de Expansión Laboral.
En tu negocio
Para quienes piensan que los intrapreneurs sólo pueden desarrollarse en los grandes corporativos, la buena noticia es que están equivocados. Pues para reclutar a potenciales emprendedores internos no hace falta un gran departamento de recursos humanos, sino una cabeza en la organización que tenga la capacidad de identificar a estos personajes.
En el caso de las pequeñas y medianas empresas (Pymes), los beneficios de desarrollar a sus intrapreneurs son múltiples, entre ellos, la capacidad de crecer e innovar con rentabilidad, de acuerdo con el especialista del IE. Por otro lado, para la mayoría de las empresas (incluyendo las Pymes), la innovación es una especie de “agujero negro” que traga recursos, pero que nunca deja escapar un resultado. El intrapreneur cambia todo eso.
El primer paso para atraerlos y retenerlos es retirar las barreras que bloquean la innovación. Una investigación realizada por Pablo Martín de Holan reveló que existen cuatro grandes barreras que la obstaculizan: los activos de la organización, sus rutinas o procedimientos, su estructura y su cultura.Por lo tanto, para que una de sus ideas pueda materializarse, el intrapreneur tiene que librar esas resistencias. “Requiere ser creativo y extremadamente riguroso para ser capaz de trabajar con los recursos de la empresa”, afirma el experto.
Mientras que la directora de Talento de Walmart asegura que cuando se trata de una Pyme, la cabeza de la organización se puede convertir en el principal maestro del intrapreneur, estableciendo procesos en los que rete continuamente a sus empleados. El objetivo es “que no se asuma sólo como director o dueño, sino más bien que deje a sus colaboradores hacer cosas para detectar quiénes son aquellos que tienen más posibilidades de concretarlas”.
Gracias a que Art Fry identificó en un invento fallido una oportunidad de negocios, 3M modificó completamente sus políticas de innovación. El resultado: a partir de sólo 38 tecnologías de base la firma cuenta con 50,000 productos y 2,000 marcas en el mercado. Según el sitio parasaber.com, los investigadores de 3M pueden invertir el 15% de su tiempo en proyectos de libre elección, además de que el 7% de las ganancias anuales de la compañía se destinan al apoyo de dichas iniciativas.Generador de grandes ideas
A sus 33 años, Javier Andrade es director de Salud y Nuevos Negocios de Walmart en México. Su cualidad emprendedora y 12 años trabajando en la empresa lo convierten en un buen ejemplo de los beneficios que un intrapreneur puede traer a una organización.
Uno de sus logros destacados es el haber convertido a la marca Sanissimo en la mayor vendedora de tostadas en las tiendas de autoservicio de la cadena en tan sólo año y medio. Aquí, Andrade fue una especie de Rey Midas: durante su paso por el área de alimentos de Walmart, una de sus misiones era dar a conocer la marca. Para empezar, vio que el mercado de tostadas sanas (sin grasa y bajas en calorías) estaba desatendido.
Entonces, el primer paso de la estrategia para explorar esta área de oportunidad fue realizar degustaciones y campañas que mostraran los beneficios del producto. En este proceso, Javier se encontró con una característica que para quienes gustan de tostadas es oro molido: las de Sanissimo no se rompen. Así que poniendo a prueba esta característica fue que la marca se volvió la más vendida en su segmento. Incluso, se convirtió en tan buen negocio que recientemente entró a la cartera de Bimbo.
Por otro lado, consiguió que Medimart, la marca de medicamentos genéricos de la compañía, despuntara su crecimiento. Se trató de algo tan sencillo como relanzarla para ponerla a la vista de los clientes, destacar sus precios bajos y echar a andar una campaña en medios para que la gente se fuera familiarizando con ella.Hoy, los genéricos de Walmart cuentan con un stand propio y se ubican adelante del resto donde se exhiben las medicinas de patente en el área de farmacia de la cadena. De este modo, de casi no “pintar” en las ventas, ahora Medimart representa el 13% del mercado interno de medicinas.
Mientras que en el último año, Andrade llevó las ópticas a pisos de venta: en 12 meses crecieron de 13 a 80 unidades, y para los siguientes dos años ya planea innovaciones. Simplemente al considerar que la mitad de las personas en el país tienen problemas de vista, con base en datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se cuestionó por qué dentro de las tiendas afiliadas al corporativo no había atención a este segmento.
Para que su proyecto pudiera ejecutarse, tuvo que negociar con siete distintas áreas de la firma. En este caso, la clave fue generar empatía con el responsable de cada departamento; de lo contrario, su idea hubiera quedado en el archivo muerto. La recomendación es que antes de proponer una iniciativa, se necesita proyectar el impacto positivo que va a tener en el negocio y por qué es relevante.
“La labor de los emprendedores internos no es solamente crear nuevos proyectos, sino también dar valor agregado a los que ya existen”, explica Andrade. Asimismo, afirma que un intrapreneur “no puede vivir solo”, necesita rodearse de un equipo con su misma inquietud por generar propuestas, con disposición al cambio y que sea capaz de escuchar críticas y observaciones acerca de sus proyectos.
Otra característica importante es que debe tener empatía con otras áreas ajenas a la suya, pues requiere el visto bueno de todos los departamentos involucrados para aterrizar cualquier iniciativa. “El verdadero emprendedor tiene que ser humilde, porque en el camino se va a llevar muchos descalabros. Por lo tanto, no puede ser necio. Además, toma en cuenta que en cada proyecto debe haber retroalimentación”, señala el intrapreneur.
Finalmente, Andrade asegura que se debe estar consciente de que no todos los proyectos van a tener luz verde. Por ello, para evitar que la frustración mine la creatividad, aconseja ver los fracasos como una oportunidad para hacer las cosas diferentes en el futuro. Eso sí, con base en su experiencia exitosa, se jacta de ser “como un francotirador: disparamos pocas ideas, pero muy certeras”.
Actualidad Laboral / Con información de Pulso Laboral