La mano de obra escasea en Rusia como no lo hacía desde principios de los años 90. La "movilización parcial" de 300.000 reservistas ordenada por el presidente Vladimir Putin en septiembre pone en peligro a industrias enteras y amenaza con debilitar aún más la economía.
Dos meses después de la llamada al frente, la disminución del número de trabajadores se está extendiendo rápidamente por un país que padece de una población envejecida y cuyo nivel de desempleo está cerca de ser el más bajo de la historia. No hay trabajadores disponibles.
Se estima que la movilización y la ola de emigración que provocó entre quienes escaparon para evitar ser enviados a la guerra (tanto en ciudades como en zonas rurales) reducirán la mano de obra masculina un 2%. Con esta previsión, Bloomberg Economics sitúa la tasa de crecimiento económico potencial de Rusia en solo el 0,5%, la mitad de su nivel anterior a la guerra.
Hay que contar, además, con todos los ciudadanos que han abandonado el país en los más de nueve meses desde que Rusia inició la guerra contra Ucrania. Faltan conductores de tractores, quitanieves en puntos críticos en invierno como Siberia, obreros, ingenieros agrónomos, personal cualificado en sectores tecnológicos... El número de vacantes en TI y telecomunicaciones, por ejemplo, creció un 15% en octubre respecto al mes anterior, según datos del reclutador ruso Superjob.
Un estudio realizado por el Instituto Gaidar en Moscú encontró en noviembre que hasta un tercio de la industria rusa se enfrenta a un déficit de personal debido a la escasez más severa desde 1993. Según el sondeo, casi una quinta parte de las empresas que han perdido trabajadores no ha podido reemplazarlos y la la mitad reconocen que la escasez de personal les impedirá aumentar la producción incluso si hay suficiente demanda.
"Los números son aterradores. Físicamente no queda suficiente gente". Es la advertencia que lanza la jefa del departamento analítico de HeadHunter, Natalia Danina, en declaraciones a Bloomberg. Ancianos, mujeres y adolescentes se están convirtiendo en una fuente importante de trabajadores y los inmigrantes representan hasta el 10% del mercado laboral ruso.
La escasez de mano de obra puede hacer más vulnerable a Rusia que va camino de una recesión que se prevé se extienda durante gran parte del próximo año. La amenaza de presión inflacionaria es tal que incluso el Banco de Rusia ha suspendido las bajadas de los tipos de interés.
Actualidad Laboral / Con información de El Economista