El pasado mayo, Twitter anunciaba que daba la posibilidad a sus empleados de teletrabajar para siempre, después de dos meses que demostraron que la presencialidad no era tan indispensable como se pensaba. Una estrategia radicalmente distinta a la que manejan Google y Facebook: a la espera de que remita la crisis del coronavirus, las dos grandes tecnológicas abrazan el teletrabajo mientras preparan la vuelta a la oficina en el 2021. Un plan que pasa por aprovechar este 'impasse' para adaptar sus instalaciones a las nuevas medidas de prevención -mamparas, mascarillas, geles, distancia entre puestos de trabajo- e, incluso, para comprar más edificios más equipados o fácilmente adaptables.
Entre Google y Facebook suman casi 200.000 empleados: según los datos más recientes, Alphabet, la matriz de Google, tiene una plantilla de alrededor de 120.000 trabajadores repartidos por todo el mundo, mientras que la compañía de Mark Zuckerberg tiene algo más de 52.500. A pesar de suponer una fuerza productiva enorme, la gran ventaja de ambas compañías es la deslocalización del trabajo por todo el mundo, lo que le ha permitido posponer la vuelta a la oficina de sus empleados hasta julio de 2021. Una fecha que por ahora es solo orientativa, ya que el calendario estará marcado por la evolución de la pandemia.
Nadie tiene prisa. Por eso, tanto Facebook como Google han condicionado esta vuelta a las oficinas a la consecución de una vacuna 100% efectiva que pueda asegurar que la salud de sus empleados en todo el mundo no corre riesgo. Sin embargo, ambas han continuado operando como si el teletrabajo no existiera: a principios de septiembre, Facebook ampliaba su espacio de oficinas en uno de los edificios más icónicos de Nueva York, por ejemplo, añadiendo 67.000 nuevos metros cuadrados a las instalaciones que ya poseía; por su parte, Google también ha continuado en este tiempo comprando nuevos espacios en King's Cross, una de las zonas más emblemáticas de Londres, mientras que en agosto se reanudaban los trabajos de su nueva sede central planificada en Londres.
Una estrategia que trata de combinar el teletrabajo forzoso de la actualidad con un modelo mixto en el que las oficinas vuelvan a ser el núcleo principal del negocio, con más espacios y más libertad para que los empleados dispongan de uno o varios días a la semana de trabajo desde casa. Algo que ya explicitaba el propio Mark Zuckerberg en mayo, cuando señalaba que cree que de aquí a diez años la mitad de su plantilla podría estar teletrabajando. "Se trata de hacer un mejor trabajo y de atraer a las personas que necesitamos para hacerlo lo mejor posible", apuntaba entonces el cofundador de la red social, para quien las órdenes de confinamiento en gran parte del mundo derivadas de la pandemia han demostrado que el empleo remoto es posible y eficiente.
De hecho, los números avalan las palabras de Zuckerberg: la red social más usada del mundo duplicó su beneficio entre abril y junio con ganancias de 5.178 millones de dólares, mientras que su facturación aumentó un 11 % interanual, hasta 18.687 millones. Las cifras de Facebook contrastan con las del año pasado, cuando en esas fechas tuvo que hacer frente a multimillonarias multas de los reguladores en EEUU. Sin embargo, a esta circunstancia se le suma la mayor actividad en general de los usuarios en las redes sociales desde el comienzo de la pandemia, que parece no haber pasado factura a la compañía; más bien al contrario, ya que la falta de actividad social hizo que sus usuarios activos diarios subiesen un 12%, hasta los 1.790 millones.
Unos datos que evidencian que el plan de Facebook pasa inexorablemente por el teletrabajo. De hecho, una de las medidas estrella de este año es un bonus de 1.000 euros por empleado para adaptar su hogar al teletrabajo, con las herramientas necesarias: ordenador, escritorio, silla... Eso sí, se trata de un plan de empleo global, con el que la compañía pretende adaptar el salario de los empleados según su residencia y lugar de trabajo. Así, los empleados que permanezcan en Silicon Valley a partir de julio de 2021 tendrán un salario superior a los que decidan cambiar de residencia o acogerse a la bonificación por teletrabajar.
Por su parte, la empresa matriz de Google, Alphabet, fue la única gran tecnológica que presentó peores cifras en el segundo trimestre de 2020 que en el mismo período del año anterior: su beneficio entre abril y junio cayó un 30%, hasta los 6.959 millones de dólares, y sus ventas se contrajeron un 2%, hasta los 38.297 millones, lo que supuso la primera caída de resultados en sus 22 años de historia. La inmensa mayoría de esos ingresos (el 80%) procedieron de la publicidad de Google (29.867 millones), seguidos por la publicidad de YouTube (3.812 millones) y la plataforma de servicios en la nube, Google Cloud (3.007 millones). Es decir, que perdió fuelle por la mala situación de la publicidad, pero la compañía sigue confiando en el teletrabajo.
Actualidad Laboral / Con información de LaInformación