12-05-2014
La tasa de desempleo de los jóvenes más pobres de las sociedades de América Latina es tres veces mayor que las de los más ricos, una situación que refleja y profundiza la persistente situación de desigualdad en la región, destacó este lunes la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

“Los problemas del empleo afectan a todos los jóvenes, pero están presentes en forma desproporcionada entre aquellos que provienen de las familias más pobres”, dijo la Directora Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco. Alertó que este escenario “es causa y consecuencia de la desigualdad de ingresos y la exclusión social en la región”.

En la región hay unos 108 millones de jóvenes entre 15 y 24 años, de los cuales poco más de la mitad, 56,1 millones  forman parte de la fuerza laboral, lo que significa que están buscando trabajo o ya tienen uno.  Entre los jóvenes de más altos ingresos, el desempleo es de 8,5%, una tasa que sube a  25,5% en el caso de los jóvenes más pobres, lo que hace una diferencia de 17 puntos porcentuales.

Las mujeres jóvenes más pobres presentan un desempleo de 35%, en comparación con el  10%, entre las de mayores ingresos, una diferencia de 25 puntos porcentuales.

“Los datos recopilados nos indican que entre los jóvenes la desigualdad en el acceso al trabajo es una realidad que plantea un desafío de grandes proporciones a nuestros países”, agregó.

Los datos forman parte del  informe sobre “Trabajo Decente y Juventud en América Latina” que analiza  las tendencias en un período de seis años entre 2005 y 2011, así como las experiencias exitosas en diversos países para enfrentar una situación que requiere de la aplicación de políticas específicas.

Además de tener una tasa de desempleo que duplica a la tasa general y triplica la de los adultos, los jóvenes enfrentan una realidad laboral en la cual casi 6 de cada 10 empleos disponibles para ellos son en condiciones de informalidad.

Nuevamente se manifiesta una situación de desigualdad, pues esta tasa de informalidad es de 77% para el grupo de jóvenes de menores ingresos, y de 41% para los de mayores ingresos, una distancia de 36 puntos porcentuales.

Los datos de las cotizaciones a la seguridad social,  son elocuentes. Solamente 12,2% de los jóvenes más pobres cotizan en salud y 12,3 para pensiones, comparados con 58,9% y 61% entre los de mayores ingresos, lo que revela grandes diferencias en el acceso a la protección social, considerada como una herramienta clave en la lucha contra la pobreza.

Los jóvenes que no estudian ni trabajan, representan alrededor de 20 por ciento del total, lo que equivale a poco más de 20 millones de jóvenes que son objeto de preocupación especial pues su riesgo de exclusión social es mayor. Nuevamente se manifiesta una desigualdad importante.

Entre los más pobres, más de 30% no estudian ni trabajan, porcentaje que se reduce a casi 10% entre los de mayores ingresos.

El informe también cita datos sobre acceso a la educación, según los cuales el porcentaje de jóvenes entre 20 y 24 años que concluyeron la educación secundaria es de 21,7% entre aquellos de menores ingresos, y de 78% en el de mayores ingresos, una brecha de 56 puntos porcentuales.

Entre los jóvenes de 25 a 29 años que concluyen al menos 5 años de educación superior la diferencia es notoria, son 0,6% entre los de menores ingresos, y 22% entre los de mayores ingresos.

"Cuando los jóvenes no tienen acceso al trabajo digno cuando inician su vida laboral, pueden caer en una situación de desempleo y malas condiciones de trabajo que les cuesta mucho remontar posteriormente y tiende a perpetuar situaciones de pobreza", dijo Elizabeth Tinoco.

La OIT ha planteado la necesidad de recurrir a una combinación de políticas especialmente diseñadas para abordar los problemas laborales de los jóvenes, incluyendo las que permitirían el acceso a una educación de calidad, estrategias de formación que garanticen una mejor transición de la escuela al trabajo, el apoyo a los emprendedores, y medidas concretas para apoyar la creación y la formalización de empleo.

Nota de Prensa / OIT