La irrupción de la tecnología en el mundo del trabajo está presente desde ya hace algún tiempo y estos dos últimos años han acelerado un proceso que si bien es desigual para los diversos países, está presente en todos. Esto significa que el futuro del trabajo está ya entre nosotros.


La colaboración entre el ser humano y la máquina se hace presente en diversas industrias. La inteligencia artificial, a través de los chatbots, da servicio de atención al cliente. Las reuniones virtuales dejaron de ser una novedad para convertirse en algo cotidiano. Y, gracias a la fuerza de la conectividad, algunas actividades se hacen en remoto sin la presencia de los empleados en la sede de la empresa. El mundo laboral se ha transformado frente a nuestros ojos como consecuencia de la pandemia y, mientras la tecnología se sigue abriendo paso a velocidad de crucero, los retos (como la gestión del talento) se acumulan.


“El futuro ya no es futuro. El futuro es la actualidad”, comentó Ernest Calvet, vicepresidente del área del Mediterráneo de ServiceNow. “Hemos visto que se ha acelerado con la pandemia absolutamente todo”, destacó el directivo. Hoy, el mundo empresarial comienza a ver los frutos de las inversiones en digitalización. “Las compañías tienen cada vez más claro que la inversión en tecnologías es absolutamente necesaria. Ya no es una opción”, añadió.


Pero esta transformación industrial, la cuarta en la historia de la Humanidad, está siendo mucho más rápida que las anteriores, según Toni Roldán, director del Centro de Políticas Económicas de Esade. Y, quizás, es la que también está dejando más preguntas sobre el papel que jugarán los trabajadores frente a los avances digitales. “Hay un periodo de transición en el que no sabemos qué va a pasar... Hay muchas investigaciones que dicen que se van a crear nuevos empleos y que compensarán la pérdida de los que se van a destruir [por la automatización]”, aseguró.


Un mercado cambiante


La consultora de empleo Randstad destaca que uno de los principales retos a los que se enfrenta la economía es la automatización de la producción, de modo que uno de cada siete trabajadores perderá su trabajo actual a nivel global. Esta situación no tendría que conllevar un aumento del desempleo. De hecho, el carácter cambiante del mercado laboral ha sido una característica permanente del progreso tecnológico. “Hace 20 años no podíamos imaginarnos que un joven ganaría millones de dólares en YouTube”, ejemplificó Roldán. “Ahora [ser un youtuber] es un trabajo como muchísimos más”.


Lo único cierto hasta el momento es que el coronavirus ha roto barreras culturales y tecnológicas. “La gente ahora participa en reuniones, en grupos de trabajo totalmente virtuales. Una parte está en la oficina, otra parte está trabajando desde casa… esto ha cambiado totalmente el paradigma y las expectativas de nuestros empleados”, comentó Alexandra Brandao, responsable global de recursos humanos de Banco Santander.


Durante un encuentro —organizado por Retina, en colaboración con ServiceNow—, los tres expertos coincidieron en que en esta nueva era digital, el desarrollo de habilidades es más importante que nunca. Eso que llamamos upskilling (enseñar a un trabajador nuevas competencias) y reskilling (reciclaje profesional, para adaptar al empleado a un nuevo puesto) ganan relevancia entre las compañías.


Actualidad Laboral / Con información de El País