Los inmigrantes de la UE solo podrán afincarse en el Reino Unido a partir del 2021 teniendo un contrato de trabajo, ganando al menos 30.000 euros al año y demostrando un alto nivel de inglés. Boris Johnson pretende así acabar con la "distorsión" creada por la libertad de movimientos y "recuperar" el control de las fronteras, fiel al lema con el que logró la victoria del Brexit en el referéndum del 2016.
El nuevo plan de inmigración del Gobierno británico, el más drástico del último medio siglo, ha sido duramente criticado por la patronal y por los sindicatos, que han advertido del riesgo de un "desastre" en sectores como la sanidad, la agricultura o la hostelería, nutridos hasta ahora del flujo que ha mantenido la población flotante de inmigrantes de la UE en torno a los tres millones.
Tal y como anunció durante su campaña electoral, Johnson planea equiparar a los europeos con el resto de los inmigrantes e implantar un sistema de méritos a la australiana, requiriendo un mínimo de 70 "puntos". Los aspirantes que quieran lograr un visado o un permiso para trabajar en el Reino Unido deberán contar previamente con una oferta de trabajo, demostrar su cualificación profesional, probar el "nivel requerido" de inglés , encajar en uno de los sectores que requieran mano de obra y superar el listón de las 25.600 libras al año (en casos especiales, se rebajará este requisito hasta las 20.470 libras).
A partir del 2021, al término del período de transición del Brexit, los futuros inmigrantes europeos deberán además contribuir anualmente con 500 euros al Sistema Nacional de Salud (NHS) para tener acceso a la sanidad pública y deberán esperar al menos cinco años para poder solicitar ayudas sociales. Los visitantes europeos podrán permanecer en el Reino Unido hasta seis meses sin necesidad de un visado, pero no tendrán permiso para poder trabajar.
Actualidad Laboral / Con información de El Mundo