20-09-2021

Cuando alguien era contratado en Mailchimp, había un estribillo habitual que se repetía constantemente: No, no vas a recibir acciones, pero formarás parte de una compañía que luchará contra los grandes y nunca será comprada ni saldrá a bolsa.


Los fundadores de la compañía, Ben Chestnut y Dan Kurzius, aseguraron a todo aquel que les quiso escuchar que mantendrían la propiedad de Mailchimp hasta el final y se jactaban de haber rechazado múltiples ofertas de compra.


"Que nunca vendieran era parte de la tradición de la empresa", asegura un antiguo empleado de Mailchimp, que como otros muchos entrevistados solicitaron hacer declaraciones de forma anónima porque no estaban autorizados a revelar elementos sensibles. "Los empleados eran adoctrinados en esta idea", añade.


Sin embargo, los dos fundadores vendieron. Intuit, el gigante del software financiero creador de TurboTax, anunció este lunes la compra de Mailchimp por unos 12.000 millones de dólares (algo más de 10.000 millones de euros) en efectivo y acciones. Con esta operación, los cofundadores de la empresa se situaron entre las principales fortunas de Estados Unidos.


Los empleados reaccionaron con asombro y rabia en mensajes de texto, en el Slack de la compañía o en Twitter al conocer el acuerdo. En ellos, mostraban sentirse traicionados tras una oleada de dinero que parecía solo beneficiar a los primeros ejecutivos de la compañía.


Esta historia está basada en declaraciones de media docena de empleados actuales y antiguos de Mailchimp, todos los que ya se marcharon de la compañía lo hicieron en el último año.


"Estaba muy enfadado", asegura un empleado que dejó recientemente la compañía. "Puedo decir sin temor a equivocarme que recibí varios mensajes de texto y también por el canal de Slack de antiguos empleados de Mailchimp. Creo que para cualquiera que estuvo en la compañía durante algo de tiempo y trabajó duro para convertirla en lo que es hoy, fue un trago duro", añade.


Si bien es normal que haya una diferencia en los pagos de cualquier startup cuando sale a bolsa o es comprada, los empleados aseguran que el caso de Mailchimp es particularmente doloroso, especialmente por el perfil igualitarista del que los fundadores presumían.


"Es muy hipócrita", señala otro antiguo empleado. "No consigues crear una compañía de 12.000 millones de dólares sin el trabajo de mucha gente, pero la mayoría de nosotros no recibimos nada de ello".


Chestnut y Kurzius iniciaron Mailchimp en 2001 como una derivada de su negocio de diseño web que estaba principalmente orientado a clientes corporativos. Mailchimp, cuya misión era ayudar a pequeños negocios con el marketing a través del correo electrónico, acabó demostrando ser más exitoso que su matriz cuando alcanzó los 10.000 usuarios en 2007, y sus fundadores dejaron los servicios a empresas.


Fundada tras la caída de la burbuja puntocom, los fundadores se preciaban de ser una compañía ajena a Silicon Valley.


Mailchimp, que actualmente tiene unos 1.200 trabajadores, ha mantenido su sede en Atlanta (Georgia), donde seguirá teniendo su sede aun siendo parte de Intuit. A diferencia de muchas compañías tecnológicas actuales, que reciben ingentes cantidades de inversión en el inicio, la compañía de email marketing priorizó obtener beneficios sobre el crecimiento y nunca recibió financiación externa.


Debido a esto, los dos cofundadores eran dueños prácticamente de casi todo el capital de la compañía, por lo que cada uno podría haber recibido unos 5.000 millones de dólares con la venta.


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