La IA ya es capaz de determinar qué persona es útil y cual no en el trabajo. Así es como la empresa rusa Xsolla, que se dedica a los servicios de pago en videojuegos y ha colaborado con Steam o Twitch, ha aligerado su plantilla.


La tecnología de la empresa ha monitorizado a sus empleados para recoger su actividad en "Jira, Confluence, Gmail, chats, documentos y dashboards" y según los datos obtenidos los ha categorizado como útiles o prescindibles.

Aleksandr Agapitov, CEO y fundador de la empresa, no ha dudado en desprenderse de buena parte de sus trabajadores a la vista de los datos obtenidos. Además, ha utilizado sus redes sociales para justificar esta forma de proceder.

Así, se han puesto en la calle a 150 empleados de un total de 500. Es decir, el 30% de los empleados ha sido despedido en base a las determinaciones de una máquina sin tener en cuenta la opinión de sus superiores o recursos humanos, que por norma general tienen un papel clave en contrataciones y despidos.

Los empleados descartados por improductivos recibieron una carta, que al menos estaba redactada por Agapitov, en la que se les informaba de su despido: "Muchos estarán sorprendidos, pero realmente creo que Xsolla no es para ustedes".

A modo de compensación los trabajadores cesados se marcharon con una carta de recomendación y con la promesa de que Xsolla les iba a ayudar a encontrar un nuevo puesto de trabajo. Algo es algo.

Un estudio del World Economic Forum apunta al 2025 como el año en habrá un reparto del 50% de tareas entre humanos y robots. Y la cuestión se está acelerando al punto que hoy son las máquinas quienes deciden sobre el futuro laboral de las personas.


La inteligencia artificial puede ir adquiriendo conocimientos para dar la información que se le pida o controlar los dispositivos domésticos del hogar para que las personas no tengan que hacerlo.


Actualidad Laboral / Con información de IProup