KAROSHI es una palabra japonesa que significa “muerte por exceso de trabajo” y se usa para describir un fenómeno social en el ambiente laboral que existe desde hace varias décadas en Japón, que consiste en un aumento de la tasa de mortalidad por complicaciones debidas al exceso de horas de trabajo, sobre todo a derrames cerebrales y ataques cardíacos. El Ministerio de Sanidad de Japón reconoció este fenómeno en 1987. Sin embargo, hasta ahora no estaban contemplados en este apartado los suicidios provocados por trabajadores incapaces de seguir el agotador ritmo laboral.
Ayer, según informa Efe, el Ministerio nipón de Trabajo decidió, en un gesto inédito, llevar ante la justicia a la empresa publicitaria Dentsu por la muerte de una empleada que se suicidó tras trabajar un número excesivo de horas, una decisión que ha llevado al presidente de la compañía a anunciar su dimisión. El Ministerio ha trasladado el caso a la fiscalía al considerar que la empresa incumplió la normativa laboral y por tanto tiene responsabilidad legal en la muerte de la joven, según señalaron fuentes gubernamentales.
Esta decisión llega después de que las autoridades niponas realizaran varias redadas en la sede central de Dentsu en Tokio y en otras de sus oficinas para recoger información sobre sus prácticas laborales, y podría desembocar en el procesamiento de la empresa y de algunos de sus directivos.
Horas después del anuncio, el presidente de Dentsu, Tadashi Ishii, anunció que dejará su cargo en enero por su responsabilidad en el caso. Ishii pidió disculpas y admitió que la empresa ha “fracasado a la hora de evitar el exceso de trabajo”.
La fallecida, Matsuri Takahashi, llegó a trabajar hasta 105 horas extra al mes, aunque los registros de Dentsu mostraban un cómputo dentro del límite legal. La familia había denunciado que la compañía forzó a la empleada a anotarse menos horas de las trabajadas en realidad.
Jornadas de 20 horas diarias
La joven de 24 años se suicidó el pasado diciembre tras siete meses trabajando en la empresa, y había dejado constancia de las duras condiciones de trabajo en su cuenta de Twitter, donde detallaba jornadas de hasta 20 horas diarias.
Días más tarde de la confirmación de este caso de karoshi, o muerte por exceso de trabajo, las autoridades establecieron que el fallecimiento en 2013 de otro trabajador de 30 años de la misma compañía se debió al mismo motivo. Ambos casos han reavivado la inquietud en el país asiático sobre el karoshi, y llevaron al Gobierno nipón a aprobar esta semana un paquete de medidas de emergencia destinadas a prevenir nuevas muertes.
La investigación en Dentsu desveló que una treintena de empleados han sido obligados a trabajar más de un centenar de horas extra al mes, lo que podría mostrar que se trata de una práctica sistemática en la empresa líder en publicidad y comunicación en Japón y quinto grupo mundial del sector.
El Ministerio ya pidió a Dentsu que modificara el tratamiento a sus empleados después de otro caso similar acaecido en 1991, el suicidio de un empleado de 24 años a raíz de su carga de trabajo excesiva. Todo por un sueldo que empieza bajo y que va aumentando con los años y los objetivos alcanzados.
Actualidad Laboral / Con información de Deia