Aunque son trabajos que requieren de una alta preparación porque inciden sobre la vida y la seguridad de millones de personas, los oficios relacionados con la aeronáutica no son comúnmente tema de conversación y apartando el de piloto de aeronaves, los jóvenes no suelen mencionar estas ocupaciones cuando hablan de su futuro profesional.
Además del Instituto Universitario de Aeronáutica Civil, una institución pública dependiente del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), dedicada a la formación de Técnicos Superiores Universitarios en Aeronáutica Civil en diferentes campos, en Venezuela existen una importante diversidad de escuelas dedicadas a la formación en los varios ámbitos que constituyen este sector laboral.
Una de estas instituciones es la Escuela Superior de Aeronáutica Tomás Valencia, que dirige César Jara Soteldo, cuyo origen se remonta al año 1978 y está vinculado a lo que fue la Fundación Roderick Römer.
Un poco de historia
Roderick Römer, fue un destacado piloto civil que murió en un accidente aéreo mientras efectuaba maniobras en apoyo a operaciones del Ejército en El Pao, estado Cojedes. Tras su fallecimiento, su esposa Margot Benedetti decidió crear una Fundación para honrar el nombre de su esposo, de allí surgió la Fundación Roderick Römer a la cual le brindó apoyo el aeroclub Caracas dándole el edificio donde iba a funcionar, así como subsidios, informa el Director de la Escuela Tomás Valencia.
Dentro de esta fundación se decide crear la Escuela Técnica de Mantenimiento Aeronáutico a la cual se le dio el nombre de Tomás Valencia quien era un mecánico del aeroclub Caracas muy querido, español, vino a Venezuela después de la guerra civil española y todavía estaba vivo cuando se le dio su nombre a esta Escuela dedicada específicamente a la formación de mecánicos de aviación, según César Jara.
Al cabo de algunos años la señora Rommer decidió no continuar con la Fundación, explica Jara, por lo que el aeroclub Caracas la absorbió y la cambió de nombre, pasó a llamarse Fundación Aeroclub Caracas. “En ese momento, que es el año 98 más o menos, decidieron reactivar la escuela y me encomendaron a mi esa misión, yo estuve trabajando en el edificio que teníamos en el aeropuerto de La Carlota para reactivar los cursos, recertificarnos y finalmente abrimos de nuevo las puertas para formar mecánicos de aviación”.
En vista de que la escuela no se podía mantener con el subsidio que el aeroclub le podía dar, “me pidieron tomarla en concesión, así lo hice y entonces ampliamos la oferta académica para de esta forma tener una base económica para sustentar la escuela”.
Recuerda César Jara que cercano al año 2006, las autoridades de la base aérea La Carlota decidieron que sólo debía estar allí personal militar y el aeroclub Caracas tuvo que salir y con él salió también esta Escuela.
“Nos ubicamos en un principio en La Candelaria, allí tuvimos que reorganizarnos jurídicamente y recertificarnos como Escuela y surgió la Escuela Superior de Aeronáutica Tomás Valencia que es la que existe hoy día, hace unos tres años aproximadamente vinimos aquí a San Bernardino e instalamos nuestra sede principal, tenemos una sede secundaria en el aeropuerto Metropolitano de Ocumare del Tuy que es donde reciben formación los técnicos de mantenimiento de aeronaves.
Presente y futuro
Actualmente esta escuela es una compañía anónima, cuyo propietario y director es César Jara. Están organizados a través de un consejo académico que está integrado por el staff y es el máximo organismo de decisión.
En la actualidad los cursos permanentes de la Escuela son Tripulante de Cabina, Técnico en Mantenimiento de Aeronaves, Inglés Aeronáutico y Curso de Inducción Docente. Pero además ofrecen cursos de alta rotación que se ofrecen al público en general.
Explica Jara que están haciendo un gran esfuerzo en el área de idiomas y también en el área de cursos de especialización para las organizaciones de mantenimiento aeronáutico.
El director de la Escuela Tomás Valencia considera “el futuro es notablemente positivo, la escuela está estable, en este momento tiene una población de alrededor de trescientos estudiantes, yo creo que es la escuela que cuenta con mayor cantidad de alumnos en los cursos permanentes”.
“Vemos el futuro promisorio porque estamos haciendo esfuerzos por crecer en áreas donde podemos encontrar un nicho, como por ejemplo el área de la preparación de cursos para la actualización de los mecánicos de mantenimiento”.
Estos son cursos especializados en el mantenimiento de aeronaves, explica Jara, para aeronaves de aviación general ya sean ejecutivas, de escuela, privadas, corporativas, lo que la gente llama avionetas pero que en realidad son aviones.
César Jara
El Director de la Escuela Superior de Aeronáutica Tomás Valencia ingresó a la escuela de aviación militar cuando tenía 16 años, “me vine de Acarigua a Maracay, me gradué en el año 1972 como subteniente piloto y a partir de allí he estado en la aviación”.
En el año 1978 hizo un curso en la escuela superior de la fuerza aérea para formarse como instructor académico, y quedó de primero en su promoción. “Eso mi hizo ver que esto es realmente lo que me gusta porque nunca había sido primero en la promoción”.
“Posteriormente fui instructor de vuelo en el grupo de operaciones especiales número 10 con los aviones bronco, de allí salí para ejercer diversos cargos en la aviación civil incluyendo la Dirección de Aeronáutica Civil, varios años atrás. La oficina de inspectoría aeronáutica la fundé yo y también el servicio de búsqueda y salvamento lo reorganicé en su momento”
Fue además, vicepresidente de operaciones de Avensa y en el año 98 se ocupó de esta escuela con la cual está todavía.
Actualidad Laboral / Noemí Cendón Tizón