Ya no basta con presentar candidatos que pueden servir para un puesto, porque la exigencia de nuevas capacidades y habilidades profesionales, junto con la brecha que existe entre lo que sale de las universidades y las necesidades de las empresas hace que esos perfiles no encajen o que los índices de fracaso sean elevados.
Cada vez más, se hace necesaria una actividad de consultoría para adaptar esos candidatos a las exigencias reales de las organizaciones. Y en eso están -incluso podría decirse que en ello compiten- los nuevos agentes y plataformas junto con los cazatalentos y consultoras de empleo.
Todo esto tiene consecuencias evidentes para aquellos que rastrean el mercado en busca de candidatos, pero también para los que buscan empleo, que deberán adaptar también sus estrategias, y conocer sus fortalezas y a los reclutadores que más les convienen para acceder al empleo que mejor va con ellos.
Para empezar, es necesario tener en cuenta que las compañías son cada vez más autosuficientes al seleccionar candidatos. Quien se mueva en este ámbito debe conocer cómo funciona el mundo 2.0 en todo lo que se refiere a la identificación, evaluación y desarrollo de aquellos a los que se pretende contratar.
La operación de LinkedIn por la que adquirió la plataforma de formación Lynda.com por casi 1.400 millones de euros ya fue otra señal de cambio en el negocio del reclutamiento. La red profesional dejó de ser un simple pool de talento. Aquí la clave está en añadir formación y ayuda a los candidatos que deben ser adaptados. Se trata de dar un barnizado de capacitación, algo que brindan cada vez más agentes en el negocio del reclutamiento. Esta especie de tuneado es lo que hace que los candidatos resulten adecuados a las exigencias y necesidades de las compañías.
Ideal Candidates permite identificar a nuestros alter ego profesionales, y esto recuerda de alguna manera que cada vez más, resulta necesario construir una red de contactos solventes que nos permita acceder a las ofertas de trabajo ocultas. Sin networking no hay empleo, porque las ofertas no se publican.
A todo esto se añade el concepto de cazatalentos personal, que tiene que ver con la aparición de plataformas como Boon, donde las compañías pueden colgar ofertas de trabajo y a las que pueden acudir particulares para hacer referencias de amigos o conocidos que podrían ser candidatos ideales para ese puesto.
Actualidad Laboral / Con información de Expansión