Puede que te cueste trabajo creerlo cuando estás frente a un helado o cuando tienes que decidir entre dormir una hora más o ir al gimnasio, pero hay estudios que demuestran que la gente con autodisciplina es más feliz. La gente que tiene un mayor nivel de autocontrol pasa menos tiempo debatiendo si puede permitirse comportamientos que dañan su salud, y pueden tomar decisiones positivas de manera más sencilla; porque, no permiten que sean los impulsos o los sentimientos los que tomen las decisiones, sino que cada decisión está previamente tomada por su consciencia racional. Como resultado, suelen sentirse mucho más satisfechos con su vida.
Hay cosas que todos podemos hacer para aprender a ser disciplinados y tener mayor fuerza de voluntad, para vivir una vida más feliz. Si quieres tener el control de tus hábitos y tus decisiones, aquí te dejamos las 10 cosas más poderosas que puedes hacer para dominar el arte de la autodisciplina:
1- Conoce tus debilidades
Todos tenemos debilidades, ya sea en forma de papas fritas, galletas de chocolate, o Facebook o Angry Birds, todas son debilidades y tienen un efecto similar en nosotros. Sé consciente de tus limitaciones, no importa el tipo que sea. Mucha gente intenta pretender que sus vulnerabilidades no existen y maquillan sus fracasos. Aduéñate de tus defectos, porque no podrás superarlos si no lo haces.
2- Aléjate de las tentaciones
Como dice el dicho “si no lo ves, no lo piensas”. Puede ser tonto, pero esta frase contiene un consejo poderoso. El simple hecho de quitar las tentaciones de tu vista (o de tu entorno), mejorará tu disciplina. Si quieres comer mejor, no compres comida chatarra. Si quieres tener mayor productividad en el trabajo, apaga las notificaciones y pon tu teléfono en silencio. Entre menos distracciones tengas, más concentrado puedes estar en lograr tus objetivos. Ponte en el camino del éxito alejándote de las malas influencias.
3- Ponte objetivos claros y ten un plan de acción
Si quieres lograr la autodisciplina necesitas tener una visión clara de lo que esperas lograr. También debes entender lo que significa para ti el éxito, después de todo, si no sabes a dónde vas, es fácil perder el rumbo. Un plan de acción claro incluye cada paso que debes dar hacia tus objetivos. Descubre quién eres y de qué estás hecho. Crea un mantra para mantenerte enfocado. La gente exitosa usa esta técnica para ir por el camino correcto y establecer una meta clara.
4- Construye tu autodisciplina
No nacimos autodisciplinados, es algo que aprendemos. E igual que cualquier otra habilidad que quieras dominar, requiere de práctica diaria y repetición. Igual que el gimnasio, la fuerza de voluntad y la autodisciplina requieren de mucho trabajo. Y el esfuerzo y concentración requeridos pueden ser agotadores. Conforme pasa el tiempo, mantener tu fuerza de voluntad a raya puede ser cada vez más difícil. Entre más grande sea la tentación o la decisión a tomar, más difícil se vuelve atender otras tareas que requieren de autocontrol. Así que trabaja para construir tu disciplina a través de la diligencia diaria.
5- Crea nuevos hábitos con cosas simples
Adquirir disciplina y trabajar para integrar un nuevo hábito a tu vida puede parecer complicado al inicio, sobre todo si estás pensando en todo lo que tienes que hacer para lograrlo. Para que este cambio no te intimide, simplifícalo. Fracciona tu objetivo en pasos sencillos y realizables. En lugar de intentar cambiarlo todo de una vez, enfócate en hacer una sola cosa de manera constante y disciplínate con ese objetivo en particular.
Si tu objetivo es bajar de peso, empieza haciendo ejercicio durante 10 o 15 minutos al día, y entonces tu objetivo son esos 15 minutos, no la enorme tarea de bajar de peso. Si lo que quieres es tener mejores hábitos de sueño, empieza yéndote a dormir 15 minutos antes. Si quieres comer mejor, empieza preparándote la comida una noche antes, para llevártela al trabajo por la mañana. Da pasos pequeños y eventualmente irás estando listo para sumar más objetivos a tu lista.
6- Come sano y seguido
El enojo derivado del hambre, esa sensación de irritabilidad y estrés que sentimos cuando tenemos hambre, es algo real y puede tener un impacto importante en nuestra fuerza de voluntad. Las investigaciones han demostrado que tener bajos niveles de azúcar en la sangre puede afectar tu estado de ánimo, haciéndote sentir molesto y pesimista. Cuando tenemos hambre, nuestra capacidad de concentración se ve afectada y el cerebro no funcional igual. Tu autocontrol se ve debilitado en todas las áreas, desde la dieta, el ejercicio, el trabajo y tus relaciones personales. Así que llena el tanque con snacks saludables y comidas a intervalos regulares.
7- Cambia tu percepción sobre la fuerza de voluntad
Según un estudio realizado por la Universidad de Stanford en Estados Unidos, la fuerza de voluntad que tiene una persona está determinada por sus creencias. Si crees tener una cantidad limitada, lo más probable es que no superes esas expectativas. Si no le pones un límite a tu autocontrol, entonces hay menos posibilidades de que te canses antes de lograr tus objetivos.
En resumen, puede ser que nuestras ideas preconcebidas sobre fuerza de voluntad y autocontrol, sean las que decidan qué tanto tenemos. Si logras quitar estos obstáculos mentales y realmente crees que puedes lograrlo, entonces tendrás un empujón extra para hacer realidad tus objetivos.
8- Ten un plan de respaldo
Los psicólogos usan una técnica para impulsar la fuerza de voluntad llamada “intención de implementación”, y consiste en darte un plan para lidiar con una situación potencialmente difícil, en la que fácilmente te puedes encontrar. Por ejemplo, digamos que estás trabajando para comer mejor, pero vas de camino a una fiesta en la que habrá comida. Antes de llegar, propónte tomar un vaso de agua y ponerte a socializar, en lugar de ir directo a los platos de pasapalos. Llegar a un lugar con un plan te da el control necesario y te pone en la mentalidad correcta para manejar la situación. Además, ahorrarás energía al no tener que tomar decisiones apresuradas basadas en tu estado de ánimo.
9- Prémiate
Concédete algo con lo que emocionarte planeando una recompensa cuando logres tus objetivos. Igual que cuando éramos niños y recibías un premio por un buen comportamiento, tener algo a lo que aspirar te da la motivación necesaria para triunfar. La expectativa es poderosa. Te da algo con lo que obsesionarte y en lo que concentrarte, para que no estés pensando únicamente en lo que estás intentando cambiar. Y cuando logres tu objetivo, busca uno nuevo y una nueva recompensa para seguir avanzando.
10- Perdónate y sigue adelante
Incluso cuando tenemos las mejores intenciones y trazamos los mejores planes de acción, habrá momentos en los que nos quedemos cortos. Es algo que pasa. Tendrás altas y bajas, grandes éxitos y fracasos profundos. La clave es seguir adelante.
Si caes en la tentación, reconoce lo que pasó, analiza lo que te llevó a eso, y déjalo ir. No te ahogues en culpas, enojo o frustración porque esas emociones negativas te alejarán aún más de tu progreso. Aprende de tus errores y perdónate. Luego, concéntrate nuevamente en el objetivo y regresa al camino que te llevará a conseguirlo.
Actualidad Laboral / Con información de Entrepreneur